Publicado: 30/01/2011 - Actualizado: 23/09/2017
Autor: Josep Masdeu
Los trastornos alimenticios pueden considerarse una enfermedad mental seria en la que las emociones y formas de pensar hacen a una persona adoptar prácticas alimenticias perjudiciales, como hartarse o pasar hambre.
Podemos definirlos como modificaciones de los hábitos nutritivosque provocan la aparición de enfermedades originadas por ansiedad y una preocupación excesiva con relación al peso y al aspecto físico de quien los padece.
A pesar de que las recomendaciones de seguir una dieta sana son constantes, los hábitos alimenticios van en sentido opuesto.
Para llegar a desarrollar alguno de estos trastornos alimenticios suelen pasar años, por eso los especialistas dicen que los síntomas alimenticios son solo “la punta del iceberg” del problema. De ahí que la detección temprana sea clave para solucionar el problema; cuanto más rápido se actúe más posibilidades hay de salir del mismo.
En los últimos años, las enfermedades relacionadas con los trastornos de la alimentación fueron aumentando entre los más jóvenes. Por eso, hay que hacer un mayor esfuerzo en la prevención de la aparición de este tipo de patologías en niños y adolescentes.
Aceptar que se tiene un problema y encaminar todas las energías en evitar el mal uso de la comida, es el primer paso para buscar solucionar el problema. Hemos de tener en cuenta que todas las personas tenemos altibajos, y, si bien a veces es difícil superarlos, tampoco es imposible.
Contenidos
- Trastornos Alimenticios comunes
- Factores que predisponen a sufrir Trastornos Alimenticios
- Bulimia: un Trastorno Alimenticio complejo
- Anorexia: el Trastorno de la imagen corporal
- Ortorexia: el Trastorno de la obsesión Alimenticia
- Permarexia: la obsesión por las calorías
- Trastornos Alimenticios en el embarazo
- La importancia de la dieta para evitar Trastornos Alimenticios
Trastornos Alimenticios comunes
Los trastornos alimenticios mas habituales son:
- Bulimia: trastorno que permite comer para después utilizar métodos para eliminar rápidamente los alimentos del cuerpo.
- Anorexia o falta de apetito.
- Ortorexia es la obsesión por la comida sana.
- Permarexia es el miedo a los alimentos.
También hay otros hábitos alimenticios, como los comedores compulsivos y la pica, que llevan al desarrollo de enfermedades graves que pueden llevar hasta la muerte.
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Más adelante ahondaré un poco más en cada uno de ellos.
Quienes padecen alguno de estos trastornos son personas que se caracterizan por un marcado aislamiento personal, cansancio continuo, sueño e irritabilidad. También pueden ir acompañadas de conductas violentas, agresión hacia personas conocidas, miembros de familia, autoagresión al no aceptarse, vergüenza, culpa y depresión.
La adolescencia es un período en el que pueden aparecer trastornos alimentarios, depresivos, de aprendizaje y conductas violentas, a veces detectados demasiado tarde.
Si no hay un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno, estas situaciones durarán y aumentarán sus síntomas mientras dure la adolescencia, originando problemas personales y familiares que pueden continuar en la vida adulta.
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Factores que predisponen a sufrir Trastornos Alimenticios
Hay factores personales que pueden influir en las conductas alimentarias, entre ellos:
• La edad, ya que por lo general se desarrollan durante la pubertad en las mujeres y en la adolescencia en los hombres.
• El padecer sobrepeso u obesidad durante la infancia.
• No aceptarse tal como se es y tener determinados rasgos de carácter.
• Tener tendencias depresivas o sufrir trastornos de ansiedad, o ciertos trastornos de personalidad como conductas impulsivas, compulsivas.
• Ciertas costumbres sociales que conceden gran importancia al aspecto físico.
• Ser perfeccionista y muy autocrítico.
• Tener una baja autoestima, personalidad depresiva, sensibilidad extrema y temor de enfrentar situaciones y conflictos.
También afectan factores familiares y socioculturales en gran importancia. Otros detonantes pueden ser un abuso sexual, un aborto, los comentarios de amigos o hasta las constantes presiones y críticas familiares.
Una de las características más importantes de la Anorexia y de la Bulimia Nerviosa, es la alteración de la imagen corporal; esta es la representación mental de su cuerpo, tal como se ven o imaginan que es y la forma en que creen que los demás los ven.
La propagación desmesurada de dietas para adelgazar ha puesto en manos de la población, especialmente la femenina, una presión social para ser delgados y por eso es una cuestión muy delicada para determinadas personas.
Cada vez más, ya desde la infancia incluso, los niños se sienten afectados por las exigencias de la sociedad actual. Las visitas a pediatras asociados con problemas en la alimentación están aumentando considerable, especialmente entre los 3 y los 9 años.
Los niños son cada vez más selectivos con los alimentos que ingieren, sólo consumen dos o tres clases o productos específicos.
Consecuencias de los Trastornos Alimenticios
Si no se atajan a tiempo esos trastornos, pueden degenerar en:
Secuelas cardiovasculares:
• Arritmias
• Disminución del tamaño cardíaco.
• Prolapso de válvula mitral, según el grado de padecimiento, es una de las causas principales de muerte súbita.
• Hipotensión.
• Extremidades frías.
• Cierto grado de insuficiencia cardíaca.
Secuelas endocrinológicas:
• Ovarios poliquísticos: esterilidad, acné severo, incremento del vello, alopecia.
• Osteoporosis (disminución de la densidad ósea).
• Déficit de hormonas tiroideas, con la consecuente disminución del metabolismo basal.
• Trastornos en la regulación de la producción de insulina.
Secuelas dermatológicas:
• Alopecia (caída del cabello).
• Acné tardío.
• Piel pálido amarillenta y seca, con tendencia a la ruptura de vasos capilares.
Secuelas digestivas:
• Síndrome de mala absorción, conlleva esencialmente a déficits minerales y polivitamínicos.
• Alteraciones en el ritmo evacuatorio, diarrea.
• Reflujo gastro esofágico, provocado por los reiterados vómitos.
• Úlcera gastro duodenal, gastritis crónica.
Secuelas hematológicas:
• Déficit de leucocitos (glóbulos blancos), lo que facilita una mayor facilidad a las infecciones.
• Anemia, con tendencia a convertirse en crónica.
• Trastornos en la coagulación sanguínea, déficit de plaquetas.
Secuelas nerviosas:
• Anomalías electroencefalográficas
• Atrofia de determinadas áreas cerebrales, puede ser reversible con recuperación nutricional.
• Psicosis.
Secuelas psiquiátricas:
Aquí es difícil efectuar un diagnóstico preciso, ya que suele haber intercalación de síntomas propios de otras enfermedades psiquiátricas.
Los trastornos psiquiátricos relacionados más frecuentes son:
• Trastornos de ansiedad diversos.
• Trastornos afectivos.
• Trastorno obsesivo-compulsivo.
• Trastornos psicosomáticos: hipocondría (preocupación y temor a padecer una enfermedad grave) y trastorno de somatización («utiliza» múltiples molestias corporales como medio de liberar las tensiones internas).
• Psicosis diversas (esquizofrenia en sus diversas formas).
• Insomnio y otros trastornos del sueño.
Bulimia: un Trastorno Alimenticio complejo
Quien la padece es incapaz de dominar sus impulsos de comer; su sentimiento de culpa y vergüenza después de comer mucho le hacen vomitar voluntariamente o tomar laxantes o diuréticos e incluso seguir dietas rigurosas o practicar ejercicio en exceso para neutralizar los efectos de las copiosas comidas.
Los bulímicos pueden tener una media de 15 “ataques” de atracones y vómitos por semana. Su peso es normal, por lo que resulta difícil detectar la enfermedad.
Quien padece de bulimia siempre se ve gordo, aun cuando su peso es normal, pero no puede reprimir sus ansias de comer.
Las personas que padecen bulimia han sido obesas o han realizado dietas sin ningún tipo de control. Tratan de ocultar los vómitos y las purgaciones, por lo que la enfermedad es difícil de detectar.
No tiene control sobre lo que come y es tal la ansiedad, que cree que no puede parar de comer. La autoestima del bulímico es baja y la equipara con su cuerpo.
Otros trastornos que pueden padecer quien sufre bulimia pueden ser la cleptomanía, el alcoholismo o la promiscuidad sexual.
Las dos formas de tratamiento son la psicoterapia y los fármacos, evidentemente controlados por un profesional médico.
Anorexia: el Trastorno de la imagen corporal
Es un trastorno que origina una pérdida de peso provocada por quien la padece y degenera a un estado de debilidad. Se identifica por el miedo a ganar peso y por una imagen deformada del propio cuerpo, que hace que la persona se vea gorda, aún cuando su peso está por debajo de lo normal, lo que le hace hacer ayunos y reducir la cantidad de alimentos que necesita.
Se empieza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que creen que engordan; también rechazan las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llegando a casos de deshidratación peligrosa.
La anorexia se asocia con alteraciones psicológicas graves. Hay algunos colectivos más predispuestos a padecer estos trastornos, como las gimnastas, las bailarinas o las modelos.
Su tratamiento exige la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos.
El tratamiento debe basarse en tres aspectos: la detección precoz, una buena coordinación entre psiquiatras, endocrinólogos y pediatras y un seguimiento ambulatorio.
Ortorexia: el Trastorno de la obsesión Alimenticia
El exceso de información en cuanto a los alimentos no es a veces tan exacto como explican o contrastada, provoca que ciertas personas opten por un tipo de dieta que puede ser más nociva que favorable.
Se trata de un trastorno que se basa en la obsesión por la comida sana y obliga a seguir una dieta que excluye la carne, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y las sustancias artificiales que pueden dañar el organismo. Quienes la padecen son tan estrictos que se sienten culpables cuando lo infringen y se castigan con dietas y ayunos aún más duros.
Suele manifestarse en personas con comportamientos obsesivo-compulsivo o que han sufrido con anterioridad anorexia nerviosa.
Curiosamente este proceder en vez de evitar la enfermedad, consigue provocarla.
“Todos nos preocupamos por comer alimentos sanos, pero cuando ese comportamiento pasa a ser una obsesión que provoca peligros para la salud pasa a denominarse ortorexia”.
Permarexia: la obsesión por las calorías
Este trastorno provoca en quien lo padece la creencia de que lo que se come engorda, llevando a la práctica todo tipo de dietas.
Más que obsesionarse con los alimentos sanos, lo hacen con el contenido calórico de los mismos y su influencia en el aumento de peso. Este trastorno puede considerarse como el preliminar de la bulimia y la anorexia.
Seguir siempre dietas estrictas provoca variación del peso corporal, sin ningún control y en los kilos que se pierden generalmente vuelven a recuperarse, incluso más. Esto a mediano y largo plazo, afecta el funcionamiento de la tiroides.
Todos estos datos son meramente informativos. Si usted cree que puede padecer alguno de estos trastornos alimenticios, conviene consultar con un profesional de la salud para que le oriente de los pasos y tratamientos a seguir.
Trastornos Alimenticios en el embarazo
Las mujeres que quedan embarazadas mientras padecen un trastorno alimenticio debido a su salud física y emocional tienen mayor riesgo de las siguientes complicaciones:
Riesgos para el bebé: retraso del crecimiento fetal, bajo peso al nacer, daños congénitos, anomalías fetales como labio leporino, ictericia, dificultades respiratorias inmediatamente después del parto, aumento de muerte fetal en el último trimestre del embarazo o durante el primer mes de vida.
Otros riesgos para la madre y el bebé son: abortos espontáneos, diabetes gestacional, toxemia, disminución de la cantidad de líquido amniótico, separación de la placenta, complicaciones durante el trabajo de parto (como presentación del feto «sentado») y abortos espontáneos después del segundo trimestre, aumento del riesgo de daños renales y cardíacos en la madre.
Es importante seguir manteniendo una dieta saludable después del parto. La madre ha de tener energía suficiente para atender al pequeño y a ella misma, y también necesitará energías para poder controlar escenarios como puede ser la depresión post parto.
Los trastornos alimenticios son una realidad demasiado habitual hoy en día y creo que se les debería dar más atención. Particularmente pienso que se deberían realizar acciones preventivas, para evitar que las personas caigan en una dificultad que hunde sus vidas. Instituyo que estos trastornos nunca se curan, admito que la persona debe vivir y pelear contra ellos continuamente, igual que un alcohólico o un drogadicto deben hacerlo con su adicción.
No sólo es importante la prevención antes de que aparezca el trastorno, sino también la que se necesita para evitar que el trastorno vuelva a aparecer.
Muchas personas no conocen la diferencia entre bulimia, anorexia y menos aún otros trastornos menos conocidos, ni les interesa conocerla. Muchas veces la persona enferma es repudiada o considerada un objeto falto de sentimientos; hay quien ni siquiera toma en consideración lo que está sufriendo el que las padece.
La importancia de la dieta para evitar Trastornos Alimenticios
Hay muchas clases de dietas, algunas adecuadas, pero otras nocivas. Por lo general, las dietas se utilizan sin conocer el metabolismo de quien la realiza y por consiguiente, pueden causar graves complicaciones. Las dietas realizadas sin conocimientos de nutrición tienden a clasificar a los alimentos en buenos y malos, los que engordan o adelgazan.
Las dietas de un solo alimento o de unos pocos carecen de muchos nutrientes importantes y ocasionan descompensaciones importantes en el organismo. Las dietas de hambre o de ayuno además de que también pueden provocar carencias de vitaminas y elementos minerales, ocasionan un efecto contrario al deseado: el organismo se adapta a un bajo aporte de energía y es más difícil de disminuir de peso.
Una dieta, desde el punto de vista de la nutrición, es la alimentación cotidiana de una persona y existen tantos tipos como diversidad de hábitos alimentarios. Cuando una persona necesita (y desea) reducir de peso, el plan de alimentación que se le diseña para conseguirlo se denomina dieta de reducción y también de esta hay variantes de todos colores y sabores, según el fundamento y los conocimientos de quien la diseña.
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