Publicado: 14/09/2010 - Actualizado: 18/04/2016
Autor: Josep Masdeu
Hoy en día muchos matrimonios o parejas se rompen. Una de las muchas causas de esta rotura o separación es que la gente prefiere terminar una relación que a llegar a la raíz de los problemas a través de una comunicación “honesta y franca”. Uno de los mayores miedos que tenemos es el temor a la comunicación íntima.
Cuando dos personas deciden libremente vivir juntos después de haberse conocido durante un tiempo, han de ser conscientes que durante la etapa de flirteo puede que la pareja no se haya mostrado tal como realmente es.
Las aventuras fuera del matrimonio, tanto en hombres como en mujeres, son algo frecuentes, aunque las parejas no por ello ponen fin a su relación. En estos encuentros, ni siquiera buscan el “acto sexual”, sino la intimidad con alguien que los “escuche”, los “comprenda” y les “hable”.
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¿Qué podemos hacer para mejorar la Comunicación?
Algo tan fácil y a la vez tan difícil como comunicarnos.
Pero esto no solo nos afecta en la vida de pareja; tanto mujeres como hombres no logramos ciertos éxitos personales y profesionales por esa falta de comunicación. En la comunicación se incluyen las palabras, el tono de voz, el timbre de la misma, el lenguaje corporal, etc.
No es necesario “contarlo” siempre todo, porque nos quedaríamos vacíos, ya que hay una parte íntima que no se puede traducir en palabras y que debe permanecer en nuestra interioridad, intacta.
Hombres y mujeres somos diferentes, físicamente pero también mentalmente: la forma de pensar, de reaccionar, de ver situaciones, cómo nos movemos… algunas diferencias son, de manera muy general:
Los hombres somos más descuidados que las mujeres.
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Los hombres hacemos gestos con los brazos separados del cuerpo, lo que a veces da la impresión de que no somos muy sensibles.
Las mujeres tienen mayor capacidad de escuchar, porque proporcionan más retroalimentación visual y verbal.
Los dos diferimos en la cantidad de detalles que damos al hacer una descripción y en la forma de decir cumplidos.
Los hombres tratamos de resolver las cosas solos, mientras que las mujeres están más dispuestas a pedir colaboración.
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Ambos percibimos de modo diferente que nos rechacen y que nos digan que no; las mujeres suelen tomar un rechazo como algo personal.
Somos diferentes en la forma de dar información sobre nosotros mismos; los hombres tendemos a dar menos información personal que las mujeres.
Esto hace de por sí que el entendimiento en algunos casos pueda ser difícil y más si uno no reconoce o acepta las diferencias del otro.
La voz como herramienta para una Buena Comunicación
El tono de nuestra voz puede hacer que una persona se nos ponga a favor o en contra. Todas las emociones -enfado, amor, tristeza, falta de sinceridad o miedo- se manifiestan en nuestra forma de hablar.
Hay personas que se sienten incómodas si quien les habla lo hace con excesiva suavidad, habla alto o muy rápido; quien tiene un tono monótono o usa palabras «comodines» como «esto…», o «¿tú crees?», si tiene voz nasal o chillona, interrumpe la conversación, emplea juramentos y palabras inconvenientes o utiliza un vocabulario incorrecto.
Cuando nos sentimos tímidos o incómodos con el género opuesto, solemos apartar la mirada y nos quedamos sin voz, y esta no es la mejor manera de agradar a alguien.
Aprender a comunicarnos
El entusiasmo es una de las formas más efectiva de interesar a alguien a la vez que mostrarnos más interesantes.
Es importante que al escuchar no demos señales de impaciencia, ni golpecitos, ni tampoco manipulemos objetos ya que esto puede molestar al que nos escucha. Debemos mostrar signos visuales, como asentir con la cabeza; cuanta mayor cantidad de signos no verbales positivos utilicemos, daremos la impresión de estar más interesados en la conversación.
Los hombres al hablar hemos de superar la sensación de incomodidad y aceptar que a las mujeres les encanta recibir elogios.
Tanto hombres como mujeres debemos decir elogios durante la conversación y alabar si conviene al interlocutor por su esfuerzo. De este modo, la pareja verá que estamos atentos y se sentirá más valorada.
Además de la represión de las emociones, otra diferencia de comunicación entre hombres y mujeres se refiere a la manera como podemos abrirnos y expresar cosas sobre nosotros mismos.
En cuanto que las mujeres, ya desde la infancia desarrollan conductas más sociables y comunicativas que los hombres, es por lo que no hay muchas cosas que necesiten aprender para mejorar su capacidad de comunicación tanto en su vida personal, como en la social.
La Comunicación en la intimidad
Muchas parejas no se comunican entre sí mientras hacen el amor. Es curioso que dos personas puedan estar tan cerca físicamente y no se hablen en un momento tan íntimo y propicio para ello.
A pesar de la revolución sexual de los años sesenta, todavía somos «comunicacionalmente frígidas» y «verbalmente impotentes«.
Los hombres para lograr una mayor intimidad sexual debemos prestar mucha atención a las reacciones de la pareja y recordar las cosas importantes que ellas nos cuentan.
El contacto visual directo es especialmente importante cuando hacemos el amor: mirar a los ojos a la otra persona ayuda a derribar las defensas y nos permite una relación más intensa y apasionada.
Para expresarnos sensual y espontáneamente tenemos que poner pasión y emoción en la voz, principalmente cuando hablamos con nuestra pareja al hacer el amor, una voz sensual, puede ser tan atractiva que solo escucharla nos excite.
Los hombres no somos conscientes de que cuando nos mostramos delicados y sensibles nos volvemos más atractivos a los ojos de las mujeres.
Hay veces que cuando una pareja discute, está diciendo mucho más que las palabras que hablan. Una discusión puede ser una manera de decir algo más delicado que el tema del que se trata. Por eso, durante las peleas es importante que analicemos que hay detrás de las palabras.
En cualquier discusión debemos hablar siempre del problema presente, no afloremos asuntos del pasado. En general los dos miembros de la pareja no estamos satisfechos con lo que oímos mientras hacemos el amor.
¿Entonces qué es lo que queremos oír?
Las mujeres prefieren los cumplidos, escuchar palabras cariñosas y adjetivos que las describan sus cualidades positivas, en ese momento crucial la mujer quiere sentir que es «la única» que le gusta a su hombre.
Por nuestra parte, los hombres buscamos más la actividad, es decir, estamos más impacientes por el acto físico. Solemos utilizar un lenguaje algo más grosero. También evitamos la intimidad emocional, y nos separamos después de hacer el amor.
Algunas personas piensan que la pareja debe saber cuáles son nuestros deseos sexuales. Por desgracia, sufren una gran desilusión; nadie sabe lo que pasa en nuestra mente, por ello debemos abrirnos y decirle claramente a nuestra pareja nuestras preferencias sexuales. Pero a algunos esto les resulta incómodo, seguramente debido a la educación recibida.
Solo si nos comunicamos con sinceridad y sin tabúes, podremos conocer y darnos a conocer tal como somos y con ello podremos llegar a un punto de conocimiento íntimo que realzará nuestra relación desde la más personal a la más amplia socialmente.
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