Publicado: 10/08/2014 - Actualizado: 29/06/2018
Autor: Josep Masdeu
La testosterona es una hormona que produce el cuerpo tanto de hombres como de mujeres. Aunque los hombres generan de 20 a 40 veces más, la testosterona en las mujeres existe y es tan necesaria como otras hormonas.
A pesar de que las mujeres tienen menos testosterona que los hombres, es importante que cuiden sus niveles de esta importante hormona para envejecer bien, además de cuidar sus otras hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona.
Aunque la testosterona se la conoce como la hormona que origina el vello, los músculos, la agresividad y el deseo sexual, también la necesitan las mujeres. Ellas, la utilizan para cuidar el cerebro, los músculos, los huesos, el corazón e igual que los hombres también les abre el apetito sexual.
Desde un punto de vista estético, su carencia, está relacionada con efectos que tienen que ver con la edad en las mujeres, como son la pérdida de firmeza de los glúteos y de la parte de abajo de los brazos, que hace que la piel de éstos quede colgando.
Testosterona en las Mujeres
La testosterona en las mujeres la producen principalmente los ovarios en sus periodos de fertilidad, pero también la fabrican los tejidos que la utilizan.
En la menopausia se reduce la producción de testosterona de forma natural, a partir de ese momento, muchas mujeres pasan a tener carencia de testosterona y pueden notar entre otros, pérdida de memoria, de su capacidad de aprendizaje, así como del sentido del espacio y un mayor riesgo de padecer demencia.
Estos procesos se pueden controlar administrando testosterona, una forma muy práctica y utilizada es en forma de crema o gel de uso tópico. Su uso se ha demostrado en diferentes estudios e investigaciones que mejoraba las capacidades de aprendizaje y la memoria.
La carencia de esta hormona en las mujeres, hace aumentar los niveles de colesterol y también ayuda el sobrepeso, acumulando grasa principalmente en las caderas y el vientre.
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La testosterona es una hormona esteroide anabolizante, que facilita el crecimiento muscular, por ello la disminución de sus niveles hace perder masa muscular, haciendo que esta se diluya.
Relacionado con este tema, si tenemos en cuenta que el corazón es un músculo, este se ve afectado directamente, pudiendo aumentar el riesgo de infarto. Así pues, las mujeres con problemas cardiovasculares deberían controlar sus niveles de testosterona con análisis periódicos.
Además en el corazón hay más receptores de testosterona que en los otros músculos, lo que hace que él acumule el doble de testosterona, que estimula la formación de nuevas proteínas que lo hacen más resistente y más fuerte, si les da un infarto.
La testosterona también ayuda la dilatación de las arterias coronarias, muchos pacientes, son tratados con testosterona para reducir las arritmias y la angina de pecho.
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Mantener correctos los niveles de testosterona puede prevenir la formación de coágulos sanguíneos, también ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en mujeres menopáusicas.
Pero cuidado, porque unos niveles muy altos de testosterona pueden favorecer la aparición de trombos y aumentar los efectos vasoconstrictores sobre las arterias más pequeñas, pudiendo aparecer molestos efectos secundarios como el crecimiento excesivo del vello, entre otros.
La osteoporosis y la fragilidad de los huesos, afecta a mujeres menopáusicas y muchas de las fracturas que sufren, según varios estudios, están relacionadas con la falta de testosterona.
La testosterona bien controlada nos hace tanto a hombres como a las mujeres más resistentes al estrés, más luchadores y persistentes, favoreciendo el buen humor. Unos niveles bajos de testosterona por su parte pueden provocar angustia, miedo, en casos más extremos hasta crisis de nerviosismo, fatiga crónica.
Para tratar la falta de testosterona, lo mejor es acudir a un especialista en terapias hormonales que es quien puede recetar testosterona, en forma natural, no peligrosa, adecuando las dosis a sus necesidades.
El exceso peso reduce los niveles de testosterona. Para ello tenemos que reducir el consumo de azúcar refinado, el de bebidas carbonatadas y los edulcorantes.
Nuestro cuerpo necesita grasas para producir testosterona. Además estas no las debemos sustituir ni por azúcares, cereales y féculas.
Formas naturales para aumentar la Testosterona
Hay formas naturales para aumentar la testosterona en las mujeres.
La androstendiona y el androstendiol, presentes en el polen de pino escocés, son los precursores naturales de la testosterona. Lo podemos encontrar en tiendas ecológicas. Se administra por la vía sublingual y se metaboliza rápidamente en testosterona. Aunque deben tener cuidado los deportistas porqué está considerado como producto dopante.
Otra forma de obtenerla es tomar un complemento alimenticio de DHEA, que está relacionada en la fabricación de hormonas, entre las que hay la testosterona.
Podemos mejorar los niveles de testosterona, con las grasas buenas comiendo aceitunas, aceite de oliva, nueces crudas, almendras, claras de huevos ecológicos, aguacates, etc.
Tomar alimentos que contengan zinc, lo hay en germen de trigo, en la calabaza y sus pepitas, en la carne de cordero, en el hígado, ayuda a aumentar los niveles de testosterona.
Hacer ejercicios duros o con pesas, aumenta la testosterona. Come después de hacer ejercicio. La proteína del suero, el yogur y algunas verduras ayudan a crear músculo. El aumento de los músculos te ayudará a quemar grasa y aumentar la testosterona.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
Acerca del autor