Publicado: 07/08/2011 - Actualizado: 13/10/2017
Autor: Josep Masdeu
En Occidente consideramos la respiración solo como un trabajo mecánico de intercambio de gases, pero, para las medicinas orientales, la respiración, además de un método de control de la energía, es fundamental en las prácticas curativas.
Ante una molestia, como un dolor de cabeza, es más fácil acudir al botiquín, en lugar de abrir la ventana y respirar profundamente. A pesar de ello todos sabemos que las personas necesitamos, aire, agua, alimento y luz para mantenernos vivos.
El oxígeno presente en el aire es el principal alimento del cerebro, del sistema inmunológico y de las células.
El oxígeno y el anhídrido carbónico circulan por la sangre a través de los pulmones, mientras que su energía pasa a nuestro organismo a través las fosas nasales.
La respiración correcta debe reunir dos premisas básicas:
• Hemos de inspirar y expirar por la nariz
• En la respiración también interviene el diafragma, además de los pulmones.
Es muy importante que la respiración se realice de una forma natural, sin forzar, tal como ocurre en los niños, pero al crecer, reducimos la duración y la fuerza de cada inhalación. Por eso, los adultos respiramos de forma incompleta porque no llenamos los pulmones de aire.
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Contenidos
La Respiración y las emociones
La respiración diafragmática, igual que la respiración combinada a través de las fosas nasales, está relacionada con ciertas emociones, se dice que «la profundidad de la respiración afecta la intensidad de los sentimientos» y que conteniendo la respiración, los sentimientos pueden ser reducidos a su mínima expresión y finalmente inhibidos por completo. Por este motivo contenemos la respiración en momentos de gran estrés. Con ejercicios adecuados para relajarnos y que permiten una respiración correcta, ciertas emociones reprimidas pueden ser liberadas y tratadas. El cuerpo descarga inconscientemente sus tensiones a través de un profundo suspiro o una risa nerviosa. Aumentar la respiración y la relajación acaba tanto con el síntoma como con lo que lo causa.
El sistema nervioso autónomo está dividido en dos: el sistema Simpático y el sistema Parasimpático. Cuando inspiramos, el tono simpático aumenta y, cuando espiramos, es el tono parasimpático el que aumenta. A través del control consciente de la respiración es posible disminuir o acelerar las actividades del sistema que ocasiona cambios en las formas y funciones del organismo.
Los ritmos respiratorios
Un método equilibrado sería: 8 segundos de entrada de aire, 4 segundos de retención, 8 segundos de salida de aire y 4 segundos de descanso.
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Cuanto más tiempo respiremos de esta forma, mayor intensidad daremos a los procesos de oxigenación y eliminación de toxinas del cuerpo, y por lo tanto, más salud.
Un método calmante, relajante sobre mente y cuerpo, sería: 2 segundos de entrada, 1 segundo de retención, 8 segundos de salida de aire y 1 segundo de descanso.
Un método tonificante, estimulante, sería: 8 segundos de entrada, 1 segundo de retención, 2 segundos de salida de aire y 1 segundo de descanso.
Estos métodos podemos agregarlos a la vida cotidiana en períodos de 9 respiraciones, utilizando las de efecto tonificante por la mañana al levantarnos y las que son relajantes, antes de acostarnos.
Cuando respiremos rítmicamente, concentrémonos en levantar el abdomen al inspirar y llenar de aire la parte inferior, media y superior de los pulmones. Mientras contenemos el aliento, sintamos cómo se expanden las costillas, la sensación será como inflar lentamente un globo.
La respiración refleja nuestro estado de ánimo en cualquier momento. Una respiración entrecortada revela un susto, un esfuerzo, una ansiedad. Y para calmar un estado de ánimo agitado respiramos hondo, rítmicamente, repetidamente, en forma relajada. El alma y el cuerpo se influencian mutuamente y el que lleva esos mensajes es la respiración.
Respirar correctamente nos aporta
• Vitalidad
• La capacidad de ser inmunes
• Nos previene de múltiples enfermedades
Muy pocos respiran de forma relajada, dejando que entren las experiencias de la vida, sin clasificarlas como buenas o malas, agradables o desagradables; si creemos que nos pueden producir molestia, las reprimimos simplemente acortando la respiración, y esto nos reduce el dolor, pero no vivimos plenamente.
Una mala Respiración presenta las siguientes características
• Pecho hundido
• Hombros caídos
• Enfermedades respiratorias
• Molestias físicas y emocionales.
• Apariencia de desaliento, dolor e insatisfacción.
Si respiramos por la boca, no utilizamos los filtros de aire de la nariz que sirven de control de la temperatura que tiene el organismo. Al respirar por la boca, se nos tapa la nariz y cogemos más catarros, tenemos la cabeza pesada y todas las molestias que lo acompañan.
El arte del Buen Respirar
• Sentémonos cómodos en un sillón, con las manos relajadas sobre las piernas y la espalda recta, sin tensiones.
• Cerramos los ojos y nos relajamos, buscamos aquellas zonas del cuerpo que están en tensión y las relajamos.
• Inspiramos, llenado de aire el estómago, notando cómo se hincha, sacándolo después por la nariz. Este ejercicio requiere de una práctica para realizarlo sin esfuerzo. Esto aumenta la vitalidad.
• Al soltar el aire hundimos el estómago y ensanchamos el pecho, apretamos las manos sobre las piernas, lo que nos permite levantar los hombros y estirar la columna.
• Al expirar y sacar el aire que hay en los pulmones, expulsamos toxinas, penas y presiones interiores que nos proporciona un gran alivio.
No podemos luchar contra las enfermedades si no respiramos bien y esto hace que el sistema inmunitario sea débil y no pueda luchar correctamente.
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