Publicado: 05/05/2010 - Actualizado: 20/04/2017
Autor: Josep Masdeu
Hoy vivimos en una jungla artificial creada por el propio hombre. Pocos son los que tienen la valentía de huir de ella y volver a un estilo natural, que existe pero está abandonado. No queremos renunciar -y quizás tampoco debemos hacerlo- al 100% de la tecnología que nos rodea. No todo es malo; sepamos sacarle provecho y darle una utilidad para nuestro beneficio, pero que no nos aparte demasiado de una ideología y modo de vida natural, que siguen vigentes y ayudan a mantener un buen estatus de “bienestar y satisfacción personal”.
Numerosas son la técnicas que nos inducen a buscar un estado de vida más racional para los que vivimos en esa jungla y qué casualidad que la inmensa mayoría de esas técnicas nos vienen del lejano oriente. Están adaptadas a nuestro sistema, pero son originarias de esas zonas y, además, son ancestrales. Aún hoy las buscamos y resurgen con fuerza para ayudarnos a encontrar ese “algo” perdido que buscamos desesperadamente sin renunciar a la presión de la vida moderna.
Hoy os voy a hablar de una de estas técnicas para huir del estrés y encontrar un pequeño remanso de paz en nosotros mismos: la meditación trascendental.
Contenidos
¿Qué es la Meditación Transcendental?
La Meditación Trascendental es una actividad placentera y sencilla. En realidad no tiene que estar ligada a ninguna filosofía, se medita en todas las religiones y creencias.
La Meditación Trascendental es un proceso simple y natural, sin esfuerzo, que se practica de 15 a 20 minutos, sentado cómodamente con los ojos cerrados. Es única entre las técnicas de meditación y se distingue por su facilidad, naturalidad y profunda eficacia.
La Meditación Trascendental permite que la mente vaya hacia dentro, más allá del pensamiento, para experimentar la silenciosa reserva de energía, creatividad e inteligencia que se encuentra en el interior de cada uno: “un estado natural de alerta en descanso”. Durante su práctica, el cerebro funciona con una coherencia considerablemente mayor y el cuerpo gana un descanso muy profundo.
Fuerza, serenidad, relajación muscular, creatividad y buen humor son algunos de los beneficios que aporta la Meditación Trascendental.
En el lenguaje corriente, se entiende por meditación un proceso mental de reflexión que permite observar y analizar la realidad, con el fin de conocer la esencia de las cosas concretas o de las ideas. La meditación es una actitud, algo así como bucear en las misteriosas profundidades del ser.
Sin embargo, lo que se conoce como Meditación Trascendental no es exactamente igual a la meditación corriente que las personas realizan en su vida cotidiana, ya que se trata de una técnica orientada muy antigua, “destinada a serenar las emociones humanas”.
Para explicarlo en forma muy sencilla, podríamos decir que la Meditación Trascendental «nos enseña a poner la mente en blanco«.
Si prestamos atención, notaremos que cientos de recuerdos, imágenes y pensamientos caóticos pueblan nuestra mente noche y día. Jamás estaremos en silencio y mucho menos quienes habitan en grandes ciudades y se ven permanentemente bombardeados por sus preocupaciones, los ruidos de la ciudad, los medios de comunicación y otra gran cantidad de estímulos tanto externos como internos. Practicar la Meditación Trascendental permite anular este incesante «ajetreo» mental que tanto perjudica al cuerpo, la mente y el espíritu. La Meditación Trascendental, poco a poco conecta a las personas con su interior más profundo.
¿Cuándo y cómo practicar la Meditación Trascendental?
Esta técnica puede practicarse a cualquier hora, aunque es más aconsejable hacerlo por las noches, antes de dormir, y por la mañana temprano. También, es adecuado en cualquier momento en el que nos sintamos cansados, ya sea física o mentalmente. No es recomendable meditar acostado, lo mejor es sentarse cómodamente en una silla, con la espalda recta y las manos sobre las rodillas o cruzarse de piernas, en la llamada postura «de loto«.
Algunos consejos prácticos para Meditar
Como todo en la vida, pocas cosas deben dejarse a la improvisación. Se deben preparar para obtener los resultados deseados y, como no esta no es diferente a las otras, es conveniente meditar en las siguientes condiciones:
Tranquilidad. El estado mental de la mañana es ideal para meditar. Lo mismo sucede al atardecer. La temperatura ambiental y la energía a esas horas es ideal para sumergirse en el estado de serenidad y contemplación que requiere la meditación. La hora de la meditación debe ser seleccionada con cuidado, debemos seleccionar una hora en la que tengamos tiempo para hacerlo, recordemos que la meditación requiere que estemos tranquilos.
Rutina. Es importante establecer una rutina de meditación. Para esto hay que seleccionar un lugar especial (un sofá o cualquier otro lugar). Es aconsejable meditar siempre a la misma hora y en el mismo lugar. De esa manera, estamos aprendiendo que a esa hora vamos a entrar en un periodo de calma para nosotros. Recordemos “el habito hace al monje”.
Concentración. Antes de comenzar un periodo de meditación, es importante mentalmente decirle a nuestro cuerpo y nuestro ser: calma, “olvidemos el pasado, olvidemos el presente, olvidemos el futuro”. Esto hace que nos condicionemos para concentrarnos. No es fácil al principio, pero con la práctica se logra.
Posición. Si nos sentamos para meditar, tratemos de hacerlo con la cara al norte o al este. Esta es una práctica yoga para beneficiarse de la energía en esas direcciones. Sentémonos cómodos en una posición en la que estemos relajados.
Lugar. Si es posible, debemos tener un espacio reservado para meditar. De esta manera, podemos usar ese espacio para crear un ambiento bonito, lleno de calma y tranquilidad, poner flores frescas, incienso y mantenerlo fresco y ordenado. Este será nuestro refugio.
Respiración. La primera actividad a la hora de meditar es respirar profundo; debemos estar conscientes de la respiración. La respiración puede ser rítmica: primero inhalamos, luego sostenemos el aire y finalmente exhalamos. Tratemos de mantener en mismo tiempo en cada actividad. Recordad “ la respiración mantiene la energía vital”.
Sin prisas. No forcemos la mente a pensar en algo rígidamente; respiremos y tratemos de concentrarnos en la respiración, dejemos que la mente se tranquilice poco a poco.
Enfoque. Seleccionemos un punto focal en el cual concentrarnos, puede ser el punto medio entre las cejas o el corazón. El punto focal debe siempre ser el mismo. Este punto tiene la función de hacer que nuestra mente se concentre sin esforzarnos. Tratemos de enfocar los pensamientos en ese punto, imaginariamente visualicémoslo.
Mantras. Podemos usar una palabra que se repite constantemente “mantra” . Uno de los mantras más usados es OM o AUM.
Constancia. La práctica perfecciona, si practicamos estos pasos u otras técnicas de meditación veremos como esto nos brinda tranquilidad a nuestra vida. “ No esperemos resultados inmediatos”, la meditación toma tiempo. Empecemos con unos minutos y vamos incrementando el tiempo paulatinamente.
Ejercicio básico de meditación
Los ejercicios, temas e imágenes sobre los cuales puede llevarse a cabo una sesión de Meditación Trascendental son muy variados. Ahora os describo uno de ellos a modo de ejemplo, ideal para alguien que desee iniciarse en esta práctica.
Si lo queréis, podéis crear vuestro propio ejercicio de Meditación Trascendental. Recordad que el primer paso es relajar todo el cuerpo y el segundo es vaciar la mente de cualquier pensamiento, ya sea grato o molesto.
Se efectúa de esta forma:
Sentados cómodamente, realicemos cinco respiraciones lentas y profundas, tomando el aire por la nariz y exhalándolo por la boca en un soplido.
Imaginemos estar en una playa: la arena está tibia, al igual que el Sol. Todo está en reposo…todo es muy agradable. Sólo nos llega un suave rumor que procede del mar que se encuentra a pocos metros. “La sensación de paz es total y absoluta”.
En un determinado momento una ola tibia acaricia nuestros pies, que se relajan por completo después de ese ligero roce casi imperceptible. Imaginemos que ese roce se repite hasta que la relajación sea absoluta.
Al cabo de unos segundos, la ola regresa suavemente nuestras pantorrillas y rodillas. El agua es como una caricia y pies, pantorrillas y rodillas se relajan por completo. Sintamos esas partes del cuerpo flotar, ligeras, balanceadas por el agua.
Repitamos esta misma escena, imaginando que el agua roza distintas partes del cuerpo: piernas, muslos, caderas, abdomen, torso completo, manos, brazos, cuello, rostro, cabeza.
Por último, todo el cuerpo.
Una vez que estamos sumidos en un relax profundo y absoluto, notamos que el sol cae como una suave mano tibia que nos acaricia las cara. Los rayos dorados nos relajan y a la vez transmiten una poderosa energía a la frente, párpados, pómulos, mejillas, nariz, labios, cuero cabelludo, nuca, orejas y cuello.
Alcanzado este estado de serenidad, quietud y bienestar total, intentemos que la mente quede en blanco. Si algún pensamiento se nos presenta, no luchemos contra él, simplemente dejémoslo pasar, intentando no fijar su atención en él. El objetivo es lograr permanecer la mayor cantidad de tiempo posible en estado de vacío.
Finalmente, después de realizar cinco respiraciones lentas y profundas, vayamos abriendo los ojos muy despacio y comencemos a movernos con suavidad, como si estuviéramos desperezándonos, saliendo de un prolongado y reparador sueño.
Los beneficios de la Meditación Trascendental
Quien medita con regularidad, logra mantenerse en un estado positivo de reposo y de paz interior, lo cual mejora la salud, la capacidad de atención, la creatividad y la estabilidad emocional.
Poco a poco la mente se clarifica y esta «iluminación» permite alcanzar un estado superior de conciencia, libre de tensiones, dependencias e ilusiones. También desde el punto de vista emocional, esta disciplina es muy positiva, pues mejora el estado de ánimo y la disposición para vincularse amorosamente con los demás.
Hay estudios que confirman que la meditación trascendental reduce la presión arterial
Los cambios en la presión arterial asociados con la práctica de la Meditación Trascendental concuerdan con los resultados de otros estudios controlados, que mostraron reducciones en los factores de riesgo cardiovascular, cambios favorables en los marcadores de enfermedad cardíaca, y tasas de mortalidad reducidas.
«La magnitud de los cambios en la presión arterial empleando la técnica de la Meditación Trascendental es al menos tan grande como los cambios encontrados cuando, por consejo de los médicos, se pasa de una dieta a otra o de un nivel de ejercicio físico a otro«.
Gracias a la Meditación Trascendental, por tanto, sería posible reducir la tensión arterial sin tener que recurrir a medidas con posibles efectos secundarios, como por ejemplo fármacos, en aquellos casos en los que la causa de una hipertensión moderada sea el estrés.
Librarnos de los pensamientos negativos
El pensamiento negativo es una forma materializada del espíritu.
Cuando estamos pensando no hacemos más que enviar vibraciones hacia todas las direcciones y estamos supeditados a sus consecuencias según sean los pensamientos positivos o negativos.
Estas vibraciones que emitimos al pensar dependen pues de nuestro propio pensamiento y generan en nosotros mismos estados como la alegría, la tristeza, el miedo, la generosidad, la felicidad, la tacañería, el odio, la ternura, el amor, la bondad, la confianza, la esperanza, la culpabilidad, etc.
Tan solo podremos contribuir a modificar los pensamientos negativos mediante el ejercicio de nuestra voluntad, poniendo en marcha todos los recursos de los que somos poseedores cada uno de nosotros y, principalmente, con nuestra propia energía.
Debemos ser conscientes de que atraemos para nosotros todo aquello en lo que pensamos: el amor atrae al amor; el odio atrae al odio; y así sucede con todos los demás pensamientos: generosidad, culpabilidad, etc., “puesto que los pensamientos de igual naturaleza se atraen”, especialmente el del miedo, que es el más temido por todos puesto que nos mengua la energía, debilita nuestro carácter y nos elimina la iniciativa.
Cada uno de nuestros pensamientos negativos nos va destruyendo poco a poco; perdemos energía cuando nuestros pensamientos son de miedo; el odio nos hace inhumanos, etc. Así vamos menguando nuestras fuerzas y de alguna forma nos estamos autodestruyendo, psíquica e incluso físicamente, puesto que al alterar nuestro sistema nervioso, nos creamos enfermedad y dolor.
De la misma forma que los pensamientos negativos pueden destruirnos, los pensamientos positivos nos ayudan a hacernos fuertes y a engrandecernos y, consecuentemente, a gozar de una buena salud, armonía, paz, bienestar y felicidad.
“En nuestras vidas el éxito y el magnetismo solo lograremos alcanzarlo mediante el esfuerzo, la voluntad y una postura positiva ante todas las cosas de la vida”, aprendiendo tan solo a sacar lo positivo de nuestras experiencias del pasado, del presente y viendo el futuro de forma optimista.
No podemos esperar conseguir el éxito en nuestras vidas permaneciendo inmóviles, pasivos, esperando que se nos regalen las cosas o que los demás nos solucionen nuestros problemas. Debemos mantenernos fuertes y luchar por alcanzar las metas u objetivos que nos tracemos haciendo uso de nuestra voluntad y nuestro valor estando siempre dispuestos a vencer.
A través de la Meditación Trascendental deberemos descubrir de dónde nace nuestro mal, ese mal que nos hace pensar de forma negativa, puesto que es la única forma de sanar nuestro pensamiento y consecuentemente nuestra acción.
Para desprendernos de nuestros pensamientos negativos, podemos recurrir a nuestra fuerza de voluntad y luchar contra ellos. También la autosugestión sería un buen método para cambiar nuestros pensamientos negativos por positivos repitiendo afirmaciones que compensen esa negatividad.
Mediante la autosugestión estamos utilizando un gran poder para introducir ideas positivas para que estas nos ayuden desde nuestro inconsciente y así de esta forma estamos ayudando a combatir preferentemente los estados de ansiedad, depresión, estrés, baja autoestima, etc.
Se trata pues que cada día del año memoricemos y repitamos mentalmente -cuantas más veces mejor- una afirmación y de esta forma acabaremos por introducir deliberadamente la idea o mensaje repetido en el inconsciente y así convertiremos en positivos todos nuestros condicionamientos negativos.
Por ejemplo: si reaccionamos de forma cobarde ante las situaciones de la vida e introducimos el mensaje en el inconsciente a base de repetirnos a nosotros mismos, acabaremos por reaccionar de forma valiente, es decir positivamente.
Otra importante forma de poner en positivo nuestros pensamientos sería el de las reflexiones, es decir, sometiendo a consideración detenida y sacando nuestras propias conclusiones sobre nuestros propios pensamientos y nuestras acciones con el fin de obrar en consecuencia de la forma más beneficiosa en nuestro favor y en favor de todos los seres que nos rodean.
También sería ventajoso para eliminar nuestra negatividad ponernos en un estado de ánimo muy pasivo y, en esta postura, recurrir a todos nuestros recursos de imaginación. La función que creamos entonces no tarda en cambiarse en realidad y de esta forma conseguimos aquello que deseamos.
“Deberemos tener muy presente que la negatividad puede hacer de nuestras vidas una verdadera pesadilla”.
Espero y deseo que os puedan ayudar estos ejercicios y comentarios. Repito una vez más que solo con la práctica habitual y la perseverancia por querer conseguirlo, llegaréis a la meta.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
Acerca del autor