Publicado: 28/05/2010 - Actualizado: 30/09/2018
Autor: Josep Masdeu
La higiene es una de las condiciones para el mantenimiento de la salud. La disponibilidad de agua corriente y los desagües ha representado uno de los mayores avances en materia sanitaria, más que todos los medicamentos juntos. Sin embargo, el exceso de higiene también puede convertirse en un problema. La industria ha planteado la limpieza como un negocio al que que se le han permitido utilizar todo tipo de productos químicos que han pasado a ser una amenaza para la propia salud de las personas y para el entorno natural. La mayoría de los ingredientes se obtienen de derivados del petróleo y su auténtica eficacia y “seguridad” no ha sido demostrada.
Afortunadamente, existen alternativas muy simples, caseras, naturales, eficaces, baratas y prácticamente inocuas para nosotros las personas y para nuestro entorno. Hay soluciones para todos los gustos, tanto en la higiene personal como en la doméstica.
Contenidos
La Higiene
La higiene se refiere al conjunto de prácticas y comportamientos orientados a mantener unas condiciones de limpieza y aseo que favorezcan la salud de las personas. Así, actos tan simples como lavarse las manos con jabón ayudarían a evitar muchas enfermedades.
Podemos dividir la higiene en: higiene corporal e higiene mental. Las dos son muy importantes para garantizar la salud y el bienestar de las personas.
La higiene corporal o personal, se refiere al cuidado y el aseo del cuerpo.
Tener una buena higiene corporal depende de uno mismo. La autoestima juega un papel fundamental en este aspecto, pues quien se aprecia y valora se esfuerza por verse y mantenerse bien.
A continuación os describo algunos de los principales hábitos de higiene personal que debemos acostumbrarnos a seguir y su importancia:
1. La ducha diaria es la mejor forma de aseo.
-
MAS EN BLOG DE NATUROPATíAAgua embotellada, es realmente buena?
Con esta práctica se controlan olores naturales de nuestro cuerpo que son provocados básicamente por la transpiración o sudor. También eliminamos la presencia de gérmenes y bacterias que pueden afectar la salud de nuestra piel.
2. El aseo de las uñas evita la presencia de gérmenes.
La limpieza y corte de las uñas tanto de manos como de pies, evita que se nos adhieran gérmenes y, con ello, posibles infecciones.
3. El cuidado de los ojos previene enfermedades e infecciones.
-
MAS EN BLOG DE NATUROPATíAConsejos para tratar los Problemas en forma Profesional
Los ojos son unos órganos muy delicados. Por lo tanto no debemos tocarlos con las manos sucias ni con pañuelos u otros objetos. Poseen un mecanismo propio de limpieza que son las lágrimas.
4. La higiene de las fosas nasales es fundamental para una buena respiración
A través de la nariz entra el aire que llega a los pulmones con la temperatura y humedad adecuadas, y libre de partículas extrañas.
5. La higiene de las manos es la mejor barrera para evitar muchas enfermedades.
Debemos mantenerlas limpias porque con ellas nos tocamos la cara, los ojos, la boca, cogemos alimentos y otras personas.
6. La higiene de la boca evita diversas enfermedades.
El mal aliento así como los malos olores, se constituyen en una de las principales causas de rechazo a las personas.
El cepillado de los dientes con una crema fluorada es una medida de prevención importante.
7. La higiene de los oídos facilita la buena escucha.
Es conveniente evitar que el agua entre a los oídos, y su aseo debe hacerse de manera periódica.
8. La higiene de los genitales es clave para evitar infecciones.
Aunque el baño diario no hace daño a nadie, hay momentos en los que algunas personas no pueden darse un baño completo. Sin embargo, el aseo de las zonas genitales sí debe hacerse a diario.
9. Higiene de la vivienda.
El aseo diario de la vivienda es en una de las principales formas de evitar la contaminación de los diferentes espacios y de prevenir la presencia de plagas y de enfermedades.
La Higiene de la mente
La higiene mental, se refiere al conjunto de valores y hábitos que nos ayudan a relacionarnos de forma adecuada con los demás y hacen sentirnos valorados, respetados y queridos dentro del grupo social.
La falta de hábitos higiénicos adecuados por parte de las personas puede convertirse en un grave problema, no sólo por lo desagradable que representa una mala apariencia o los malos olores, sino por el potencial peligro de transmisión de virus y gérmenes a otras personas.
La buena o mala higiene incide de manera directa en la salud de las personas. Son muchas las enfermedades relacionadas con una deficiente higiene. Por ejemplo: la diarrea, las enfermedades gastrointestinales, la conjuntivitis, las infecciones de la piel, etc.
La higiene de los alimentos abarca un amplio campo que incluye la manipulación de los alimentos de origen vegetal, la cría, alimentación, comercialización y sacrificio de los animales así como todos los procesos sanitarios encaminados a prevenir que las bacterias de origen humano lleguen a los alimentos.
Cinco claves para cuidar la inocuidad de los alimentos
La Organización Mundial de la Salud, OMS, interesada en disminuir los riesgos para la salud por consumo de alimentos, ha diseñado la estrategia denominada «cinco claves para la inocuidad de los alimentos».
- Mantenga la limpieza.
- Separe alimentos crudos y cocinados.
- Cocina completamente.
- Mantenga los alimentos a temperaturas seguras.
- Use agua y materia prima seguras.
Fórmulas caseras para mantener la Higiene Personal
Apliquemos estas reglas y nos encontraremos mejor de Salud:
- Al levantarse, realizar unas cuantas respiraciones profundas, para lograr una buena oxigenación ya que el aire es el primer alimento del ser humano.
- Luego de tomar un poco de agua, ir a vaciar los intestinos. Es necesario acostumbrar al organismo a una hora fija para realizar las evacuaciones. De esta manera, evitaremos problemas como el estreñimiento.
- La higiene es la base de salud. Las duchas de corta duración seguidas de fricciones o ejercicios fortalecen al organismo y lo vuelven resistente contra los catarros, resfriados y demás problemas respiratorios, favoreciendo a la vez una mejor circulación.
- La calidad de los alimentos determina el estado de salud en el organismo. De ellos depende la conservación de nuestro más grande tesoro, es pues necesario escoger con mucho cuidado nuestros alimentos y en la naturaleza tenemos nuestra mejor despensa.
- Respirar aire puro. Cada día es más difícil cumplir con este precepto tan primordial debido a la gran cantidad de gases y otros tóxicos que contaminan el aire de nuestras ciudades. Por eso es muy importante procurar realizar excursiones al campo con la mayor frecuencia posible y así estar más en contacto con la naturaleza.
- El trabajo es la mejor manera que tiene nuestro organismo de manifestar su salud. El movimiento significa vida y el trabajo activo nos mantiene ágiles. Por el contrario la inercia, el ocio, atrofian nuestros músculos y dificultan la correcta circulación, siendo causa de enfermedades como la artritis, obesidad, arteriosclerosis, etc. Hay que evitar la vida sedentaria.
- La anterior regla es importante, pero es conveniente recordar que todo exceso es dañino y, por lo tanto, es necesario ser metódicos en nuestro trabajo y mantener un equilibrio entre éste y el reposo, ya que el trabajo sin descanso agota nuestras energías y mina la salud, descansar es pues tan importante como trabajar.
- Controlemos las emociones. La falta de autodominio y control personal trastorna nuestro sistema nervioso, produciendo un desequilibrio emocional que a la larga es factor predisponente de muchos problemas orgánicos.
- Realizar ayunos periódicos. Nuestro organismo requiere de períodos de abstinencia, ayunar una vez a la semana o cada cierto tiempo significa darle oportunidad a nuestro aparato digestivo para que pueda recuperar las energías para un mejor y eficiente trabajo.
- Nutrición sana y en cantidad moderada. El enfermo no se cura por comer mucho; todo lo contrario, el exceso de comida agota al cuerpo. Los humanos estamos adaptados a la dieta de frutas, verduras, semillas y germinados en combinaciones compatibles y en estado fresco, crudo y natural.
La curación
La curación siempre estará unida a unos cambios de hábitos de vida y los remedios médicos, en la práctica van dirigidos a los síntomas de la enfermedad sin tener en cuenta las verdaderas causas de esta.
Tanto una persona sana para continuar estando sana, cómo el enfermo para curarse, necesitan los mismos Agentes de Salud, con algunas pequeñas variantes:
- Agua y aire puros, el sol, limpieza interna y externa, sueño y descanso, mantenimiento de la temperatura, alimentación sana y moderada, contacto con la naturaleza, equilibrio emocional y mental, descanso y relajación, casa y medio ambiente agradables, actividades y trabajos útiles y creativos, expresión de los instintos naturales y sanos sin sentir represión, amistad y amor.
Con la medicación, queremos escapar al sufrimiento y a los síntomas originados por nuestra forma de vida, pero esto no es posible.
No podemos olvidar que la eliminación de ciertos síntomas de una enfermedad puede traer graves consecuencias a largo plazo porque hemos reprimido la sensibilidad y la capacidad de respuesta del cuerpo y de la mente.
Pero es mucho más fácil echar la culpa a factores externos, ante los cuales poco o nada podemos hacer (los microbios, la edad, la herencia, el clima, la mala suerte…). De esta manera, no tenemos que preocuparnos por coger las riendas de nuestra vida en nuestras manos y dejamos que el médico y los medicamentos actúen sobre nosotros, siendo “pacientes”, como la misma palabra lo indica ante la enfermedad.
Los medicamentos no curan
La curación no depende de las sustancias extrañas al cuerpo, sino que es un proceso propio del cuerpo. Por mucho que demos medicamentos a un cuerpo sin vida no se pueden poner en marcha los procesos curativos, propios de las células vivas. El cuerpo muerto no tiene vitalidad ni capacidad de curación.
Además los medicamentos tienen muchos efectos secundarios.
Hay tantos sistemas de curación tan diferentes y, supuestamente, todos efectivos para los partidarios de cada uno de ellos, que eso nos debería hacer pensar que el verdadero poder de curación es inherente al organismo vivo.
La opción de la higiene vital es la de que cada uno de nosotros dejemos de ser pacientes y tengamos un papel más activo ante nuestra salud o enfermedad. Para todo ello, es necesaria una educación para la salud.
Con mucha más frecuencia de la que queremos, las personas enfermamos. Con ello podemos manifestar los problemas de convivencia existentes en la familia, en el trabajo o en las relaciones sociales, y a veces es imprescindible comenzar a “curar” esas relaciones.
Acerca del autor