Publicado: 26/05/2013 - Actualizado: 08/04/2018
Autor: Josep Masdeu
Los alimentos afectan en el estado de ánimo. «La dieta de la felicidad» no daña la salud, porque está formada por alimentos que facilitan la producción de endorfinas y serotoninas, conocidas como las hormonas de la felicidad, la alegría o el placer. La dieta perfecta sería aquella que nos permite guardar la línea, estar sanos y felices. No hay un remedio ideal, pero sí alimentos que nos pueden ayudar a conseguir estas cosas. Incluirlos en nuestra dieta nos hará sentirnos más felices.
Para un buen funcionamiento a escala cognitiva y emocional, nuestro cerebro debe recibir los nutrientes que necesita. Para ello, primero, debemos desechar los alimentos preparados, manufacturados y con aditivos, estos alimentos con elevadas cantidades de azúcar y toxinas que además de provocar obesidad también causan depresión.
¿Qué es la dieta de la felicidad?
Hay alimentos que además de cuidar nuestro peso y salud ayudan a aumentar nuestros niveles de satisfacción apartando la depresión y el mal humor. Algunos de estos elementos, son, el magnesio, la vitamina B y las grasas saludables que se encuentran en algunos alimentos. Por esto debemos incluir en nuestra dieta, aceite de oliva, granos enteros, vegetales y carne en cantidad moderada proveniente de animales alimentados con forraje. Comer alimentos nutritivos y de calidad, ayuda a sentirnos más satisfechos y felices
Los alimentos que tienen más cantidades de grasas buenas y azúcares, nos engordan y pueden afectar nuestro ánimo. Hay quienes piensan que el azúcar y las grasas aumentan la sensación de bienestar. Aunque es solo una reacción pasajera, ya que a la larga, si se abusa de ellas, generan mal humor y cansancio.
Los ácidos grasos trans, que se encuentran en la comida rápida, interfieren con la metabolización del omega 3, el ácido graso esencial poliinsaturado que se encuentra en los pescados azules y en otros alimentos como las nueces. Su carencia pueden generar conductas depresivas.
Para una vida más sana y satisfactoria, la «dieta de la felicidad» recomienda consumir alimentos naturales, lo menos procesados posibles. En lugar de comer alimentos procesados, comamos productos ecológicos. Frente a los alimentos “light”, los naturales, al eliminar las grasas, estas suelen sustituirse por azúcares refinados, que satisfacen menos y no tienen valor nutritivo. No debemos dejar de lado los carbohidratos, cuidando las cantidades para guardar la línea, éstos ayudan en el aumento de los niveles de serotonina, que trabaja como los antidepresivos. Cuando nos sentimos depresivos comemos galletas y chocolate porque tienen ese efecto. Pero este tipo de carbohidratos tiene mucho azúcar, lo que consiguen es el efecto contrario. Una depresión, o estados bajos de energía o cansancio, pueden ser controlados e incluso evitados, con una buena alimentación.
Las dietas ricas en azúcar y harinas refinadas propician la agresividad, porque producen altos y bajos bruscos en los niveles de serotonina que genera alteraciones en el ánimo y el nerviosismo, lo que se evita si consumimos carbohidratos de absorción lenta, como cereales integrales o plátanos, ricos ambos en triptófano.
JOSEP MASDEU BRUFAL
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