Publicado: 02/02/2013 - Actualizado: 22/09/2017
Autor: Josep Masdeu
La intolerancia a la lactosa es cada vez más frecuente. La lactosa es un azúcar que está presente las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana y que también puede encontrarse en determinados alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa.
La lactasa es una enzima que ayuda al cuerpo a absorber la lactosa, cuando el intestino de una persona no sintetiza suficiente lactasa, se produce la intolerancia a la lactosa. El cuerpo es incapaz de asimilar la lactosa y aparecen trastornos. No tiene nada que ver con la alergia a la proteína de la leche de vaca, una afección casi exclusivamente infantil.
Hay investigaciones que demuestran que los niños alimentados con preparados de soja tienen una composición corporal y un ritmo de crecimiento y maduración casi igual a los que se alimentan con leche normal, eso es que tanto unos productos como los otros aportan los nutrientes necesarios para un buen crecimiento. También se ha comprobado que, en casos de malnutrición, la soja ayuda a recuperar el peso y la altura adecuados para la edad del niño.
Las causas pueden ser de origen diverso:
- Genéticas
- A consecuencia de un virus o bacteria
- Por algún tipo de enfermedad crónica
- Por cirugía de intestino
- Por el consumo de algunos antibióticos
Tener intolerancia a la lactosa no es peligroso pero sí molesto. Los síntomas aparecen entre media hora y 2 horas después del consumo de productos lácteos. No afectan a todas las personas por igual y una misma persona también puede cambiar el grado de sensibilidad con el tiempo.
Los síntomas más habituales después de tomar productos lácteos, son:
- náuseas
- dolor abdominal
- espasmos
- hinchazón y distensión abdominal
- gases abdominales y flatulencias
- diarreas ácidas
- heces flotantes
- defecación explosiva
- vómitos
- enrojecimiento perianal
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa mejoran al disminuir o eliminar los productos lácteos o aquellos alimentos preparados que contengan lactosa. Hoy en día existe, en el mercado, una amplia gama de productos sin lactosa y con las mismas propiedades nutritivas de la leche.
Las complicaciones más comunes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos que la sustituyan y aporten las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, Fósforo, Magnesio i Potasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio).
Científicamente se sabe que muchas personas intolerantes a la lactosa pueden consumir productos lácteos fermentados, como yogur, el yogur contiene la casi la misma cantidad de lactosa que la leche. Este ayuda a la digestión de la lactosa porque las bacterias usadas para hacer el yogur, proporcionan lactasa al intestino, donde la lactosa se digiere antes de que alcance el colon. Además de bacterias del yogur, L. acidófilo y las bifidobacterias han demostrado que mejoran la digestión de la lactosa.
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Fuentes alternativas:
- Calcio: Sardinas, salmón, tofu, gambas, col, espinacas,…
- Vitamina D: Aunque la crea el propio organismo cuando se expone al sol, una rica fuente es el hígado de bacalao.
La Celiaquía está asociada a intolerancia transitoria a la lactosa y a la grasa.
La celiaquía, se caracteriza por la intolerancia al gluten, una proteína vegetal contenida en el trigo, centeno, avena, cebada y triticale (híbrido de trigo y centeno) y en alimentos que contengan estos granos o algunos de sus componentes.
En etapas iniciales deben controlarse la dieta, ya que puede aparecer intolerancia transitoria a la lactosa y a veces también intolerancia temporal frente a la grasa. Cuando se hayan controlado los síntomas, debe añadirse leche y productos lácteos progresivamente a la dieta y puede aumentarse el nivel de grasa.
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Para cubrir la demanda de leche en persona con intolerancia a la lactosa, surge la leche baja en lactosa, que se obtiene añadiendo lactasa a la leche, enzima que provoca la ruptura de la lactosa en sus componentes básicos. Por este motivo, su sabor es más dulce y difiere del de la leche tradicional.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
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