Publicado: 17/05/2011 - Actualizado: 30/09/2018
Autor: Josep Masdeu
En este artículo expondré algunas de las causas dietéticas y de estilo de vida que influyen para aumentar o reducir el riesgo de padecer cáncer de mama. Recalco que la información es orientativa y que nunca deben sustituir las recomendaciones del profesional de la salud, al que deben consultar en caso de duda.
No se conocen las causas que originan el cáncer de mama, pero sí se conocen algunos factores de riesgo. Se considera factor de riesgo aquella situación que aumenta las probabilidades de padecer la enfermedad.
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El cáncer de mama
Esta es una enfermedad cada vez más extendida y eso nos asusta, porque creemos que no podemos hacer nada por evitarlo. El mejor tratamiento del cáncer de mama es conseguir diagnosticarlo lo más precozmente posible, en estadios sin ramificación a otros tejidos, ya que hoy por hoy, no podemos evitar que aparezca.
Pero esto no siempre es así. Hay pueblos con índices muy bajos de cáncer de mama, como los orientales, y esto es así porque siguen su dieta tradicional. Los que emigran a Occidente, o cambian a la dieta occidental, al cabo de dos generaciones logran que los índices de esta enfermedad se igualen con los de los occidentales. Esto nos lleva a pensar que su origen no se debe a causas genéticas.
Esto también sirve de base a diferentes investigadores para buscar los factores ambientales, dietéticos y de estilo de vida que favorecen el desarrollo de esta enfermedad. Cuanto más conozcamos sobre estos factores, mejor podremos actuar sobre ellos y trabajar para reducir el riesgo.
Uno de los mitos del cáncer de mama es que solo lo padecen solo las mujeres, pero también lo pueden padecer los hombres, aunque en menor porcentaje
Varias son las causas que no dependen directamente de nosotros como la contaminación ambiental, la de los alimentos por abonos y pesticidas, e incluso algunas que desconocemos. Sin embargo, de lo que os voy a hablar es de los factores que son conocidos y que podemos llegar a evitar.
LA DIETA Y EL CÁNCER DE MAMA
Aproximadamente el 30% de los cánceres se relacionan con la dieta. Una buena dieta es la que contiene por lo menos un 25 % menos calorías derivadas de las grasas y 25 gramos de fibra por día.
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La mayoría de pueblos orientales no consumen productos lácteos.
La carne y la leche, aportan entre el 40 % y 20% respectivamente de grasa en la dieta de un adulto occidental y la grasa está asociada con el cáncer.
La leche es un alimento con un gran contenido hormonal. El bebé humano, alimentado con leche de su madre, dobla su peso en seis meses, el ternero lo hace en 47 días y puede alcanzar los 100 kilos. La leche de la vaca provee al ternero no sólo del alimento necesario (proteínas, grasas, glúcidos, calcio, fósforo…), sino también de una variedad de hormonas de crecimiento para que aumente de peso rápidamente. La leche es un combinado de hormonas y sustancias similares. Este es, quizás, uno de los motivos del aumento de estatura que ha ocurrido en Occidente en las últimas décadas.
El consumo de leche por parte de alguien que ya ha concluido su crecimiento y que no necesita esta ayuda, o mejor dicho este efecto hormonal/estimulante, puede acarrearle efectos negativos. El tejido de los pechos es especialmente sensible. El cáncer de mama es un cáncer originado hormonalmente.
- La fibra lleva los estrógenos, que son las hormonas femeninas responsables de sus características sexuales, la formación de las mamas y la aparición del ciclo menstrual, que han “muerto” a eliminarlos por vía hepática e intestinal. Una dieta insuficiente en vegetales y productos integrales, hace que estos estrógenos se reabsorban a través del intestino.
- La grasa se relaciona mucho con esta enfermedad. Entre otras cosas, incrementa la síntesis de estrógenos. Los países que siguen dietas bajas en grasas, altas en fibra y ajustadas en calorías tienen una tasa bastante inferior de esta enfermedad.
Si la grasa es animal, la cosa se complica, ya que estos tienen una concentración de residuos químicos mucho mayor que los vegetales. Algunos de estos contaminantes tienen efectos cancerígenos. En el cuerpo del animal estas toxinas se acumulan en la grasa y como el tejido mamario se compone en gran parte de grasa, los pechos tienden a ser depósito de toxinas, lo que aumenta también el riesgo de perjudicar el ADN. - Una dieta muy oxidante, se caracteriza por un desequilibrio entre la carga oxidante y los antioxidantes protectores (vitaminas C y E, carotenos, algunos minerales y oligoelementos) Esto pasa en dietas con pocos alimentos integrales y vegetales frescos y rica en alimentos refinados (preparados, muy cocinados, etc.) También influye la falta de micronutrientes de los suelos cultivados con fertilizantes químicos, que contienen fundamentalmente tres sustancias: nitrógeno, fósforo y potasio. Los oligoelementos, que antes volvían a la tierra por medio de los abonos orgánicos, hoy no lo hacen.
Es muy importante tener en cuenta la temperatura y la forma de cocción de los alimentos.
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Con los aceites vegetales, la utilización de una temperatura alta para cocinar, puede provocar procesos de oxidación y de formación de radicales libres. Se sugiere usar aceites obtenidos por presión en frío, utilizar sólo aceite de oliva para cocinar y guardar los aceites de semillas para consumir en crudo.
Una Dieta con mucho Azúcar. Una dieta rica en azúcares y productos refinados, produce una carga de insulina, que facilita la actividad de ciertas hormonas del crecimiento, además de incrementar la producción de estrógenos.
Diversos estudios concluyen que la obesidad o el exceso de peso influyen negativamente en pacientes con cáncer de mama.
El consumo de alcohol aumenta la propensión al cáncer. Incrementa el desgaste de micronutrientes, deprime el sistema inmunitario y acelera los procesos de envejecimiento. Si el consumo es excesivo, puede producir daños hepáticos y cerebrales. Las mujeres son más sensibles a los efectos del alcohol. Por ello lo mejor es la moderación y el sentido común.
Frutas y verduras. Contienen antioxidantes, son alcalinas y depurativas. La recomendación de tomar vegetales frescos es uno de los puntos del decálogo contra el cáncer de la OMS. Antioxidantes con vitaminas C y E y carotenos y minerales como Selenio, Zinc, Magnesio, Manganeso, etc.
Conviene consumir verduras variadas y de todos los colores, para asegurarnos de tomar antioxidantes vegetales que además potencian la acción de las vitaminas y oligoelementos.
Algunos grupos de verduras interesantes son:
- La col, el repollo, el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas. En personas sanas, que además tienen el cuidado de excluir otros factores de riesgo y mejorar su dieta, una cantidad normal de estas verduras tomadas habitualmente, puede ayudar a crear ese ambiente que aleje la enfermedad.
- El ajo, cebolla, puerro, chalotas, que tienen propiedades, depurativas y antioxidantes muy interesantes.
- Estrógenos vegetales reducen la incidencia en enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y trastornos de la menopausia. Las isoflavonas disminuyen el cáncer de colon, mama y próstata. Además son potentes antioxidantes y estimulan la formación de globulina (sustancia transportadora de las hormonas sexuales), y están presentes en la soja, que es una importante fuente de fitoestrógenos, pero no la única. Se conocen más de 300 plantas con estos principios. Las isoflavonas además de en la soja, también se encuentran en lentejas, garbanzos y otras legumbres. Otros fitoestrógenos se encuentran en frutas y cereales; la semilla de lino, es muy recomendable también por su contenido en ácidos grasos omega 3 y sus mucílagos, muy convenientes para el intestino y las semillas de girasol. Eso quiere decir que una persona con dieta predominantemente vegetariana y suficientemente variada puede estar tomando fitoestrógenos sin tomar necesariamente soja.
El polen de abeja también contiene estrógenos vegetales.
Los productos orgánicos garantizan un menor contenido de contaminantes químicos, y una mayor cantidad de vitaminas, minerales y fitoquímicos antioxidantes y protectores.
Incidencia de las vitaminas y minerales en el Cáncer de Mama
La vitamina A en la dieta es beneficiosa para reducir el cáncer de mama.
En cuanto al consumo de vitaminas C y E, hay opiniones contrapuestas en relación de las cantidades que deben consumirse. Hay quienes dicen que deben tomarse 300 mgr. por día, y otros, 500 mgr. por día. El consumo de vitamina E junto con Selenio trabajaría como antioxidante.
Sobre el Selenio hay estudios que describen sus resultados preventivos en el desarrollo del cáncer de mama. Un estudio reciente realizado en Suiza demostró la eficacia preventiva contra el cáncer de mama gracias al aumento del nivel de Selenio en sangre en mujeres de más de 50 años. Otros dicen que si este elemento se toma tarde, no tendría estos efectos beneficiosos.
ESTILO DE VIDA Y CÁNCER DE MAMA
Los factores genéticos no se pueden cambiar, pero los estilos de vida sí. Un estilo de vida sano debe ser promovido desde la infancia, para luego fortalecerlo en la adolescencia y la madurez.
Hay familias en las cuales hay varias mujeres afectadas por la enfermedad; estas tienen unos genes y estilos de vida afines que pasan de generación en generación. Es posible que en el estilo de vida de estas familias predominen conductas inadecuadas que las hacen frágiles, siendo necesario estudiarlas para conocer aquellos aspectos que actúan negativamente y fortalecer las conductas correctas.
Tener varios hijos y la lactancia disminuyen el riesgo de padecer la enfermedad: el riesgo se reduce en un 7% por cada nacimiento y por cada año de lactancia se disminuye el riesgo en un 4,3%
La lactancia es tan buena para los bebés, como lo es para las madres. No sólo porque retrasa la primera ovulación, con lo que eso supone desde el punto de vista de la producción de estrógenos, sino también porque permite que los cambios experimentados por los pechos a causa del desarrollo hormonal del embarazo culmine en su ocupación natural, que es la obtención de leche para el bebé.
El sujetador puede ejercer un efecto negativo sobre el pecho.
- Dificulta la circulación linfática
- Aumento de la temperatura de las mamas.
El tejido de los pechos es muy graso y tiende a guardar toxinas. Un drenaje linfático insuficiente impide que estas toxinas circulen, favoreciendo su acumulación.
La píldora anticonceptiva tiene más ventajas que desventajas, pero es mejor no tomarla antes de los 20 años.
El tabaco, aumenta la incidencia de todos los tipos de cáncer, con más de 3.000 subproductos de la combustión del tabaco presentes en el humo, muchos de ellos con efectos cancerígenos comprobados. Eso produce un desgaste de sustancias protectoras, vitaminas, minerales y otros antioxidantes, utilizados por el organismo para desintoxicar el cuerpo.
No haber fumado nunca y ser fumador pasivo en la infancia o la vida adulta no se asocia con un mayor riesgo de contraer esta enfermedad. El tabaquismo antes de la menopausia, y en especial antes de dar a luz, podría estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Reducir los factores de riesgo descritos arriba es importante para aquellas mujeres que por su historial familiar o personal, existencia de nódulos y quistes, etc. Después se deberían ir introduciendo hábitos alimenticios y de estilo de vida que ayuden a proteger el organismo de esta y otras enfermedades.
Realizar ejercicio físico mejora el drenaje linfático, aumenta la eliminación de toxinas, reduce el estrés, aumenta la sensación de bienestar (incluso el emocional) y estimula el sistema inmunitario
Se debe cuidar el hígado, porque es importante en la prevención de las enfermedades, ya que a sus innumerables funciones se añade la de ser el principal filtro limpiador de la sangre. La mejor forma de proteger el hígado es restringir aquellas sustancias que pueden suponerle una sobrecarga, grasas saturadas, fritos, alimentos refinados, lácteos, café, dulces, alcohol, etc.
La salud de los órganos genitales, pechos, útero y ovarios está muy relacionada con el estado del hígado en la Medicina Tradicional China, ya que el recorrido del meridiano del hígado pasa por estos órganos. Por esto, para tratar un problema ginecológico, es necesaria regular la energía hepática. Y una de las principales causas del estancamiento de la energía hepática es, precisamente, una alimentación inadecuada. En Medicina Tradicional China, el estado siguiente al bloqueo de la energía es el estancamiento de sangre, y eso a su vez crea las condiciones para el desarrollo de tumores.
El estado de los intestinos es tan importante como el del hígado, ya que el hígado evacúa hacia el intestino las sustancias que hay que eliminar. Es, además, la vía de eliminación de los estrógenos que han terminado su vida útil y deben ser eliminados. Si el contenido intestinal no contiene la suficiente fibra como para facilitar el tránsito intestinal y arrastrar los tóxicos, éstos pueden atravesar la pared del intestino y reincorporarse al flujo sanguíneo.
La mucosa intestinal está formada por una capa de células que se renueva cada dos días. Si esta mucosa está en buen estado permitirá sólo el paso de nutrientes, pero no el de sustancias de desecho.
En toda enfermedad de cáncer, tiene mucha importancia el sistema inmunitario, sobre el cual tiene una gran influencia el estado emocional. Si queremos disfrutar la salud para disfrutar de la vida, no podemos desatender las emociones que afectan nuestro estado general.
La utilización de anticonceptivos durante largos períodos, no está relacionado con el cáncer de mama.
La terapia hormonal sustitutiva, que se utiliza para aliviar los síntomas de la menopausia, parece aumentar a largo plazo (más de 10 años) el riesgo de sufrir cáncer de mama, aunque los estudios al respecto están en fase de pruebas.
El exceso de peso, parece estar relacionado con un riesgo más alto de tener esta enfermedad.
Hay que tener presentes estos factores de riesgo, y evitar aquellos que se puedan. También se debe conocer que, en la actualidad, entre el 70% y el 80% de todos los cánceres de mama aparecen en mujeres sin factores de riesgo aplicables y que sólo del 5% al 10% tiene un origen genético por tener genes mutados.
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