Publicado: 23/07/2010 - Actualizado: 03/05/2017
Autor: Josep Masdeu
La cultura del medio ambiente continúa siendo una asignatura pendiente de los tiempos que nos toca vivir.
El hombre esta afectado externamente por el ambiente biológico, el ambiente social, el ambiente físico y el factor genérico. Sobre nuestra salud influyen el ambiente, el estrés, los hábitos de vida…
Desde la aparición del hombre en el planeta se distinguen 3 períodos:
Primer período: va desde su aparición hace casi dos millones de años, hasta después de las glaciaciones, hace unos 10.000 a.c., el hombre vivió como cazador y recolector.
Segundo período: se inicia hace 10.000 años, al final del primer período. En él se desarrolló una nueva forma de vida basada en la agricultura y ganadería y se caracterizó por un aumento gradual de la población y la aparición de formas iniciales de deterioro a la naturaleza. La domesticación de algunos animales produjo el desequilibro del ecosistema, ya que los animales domesticados quedaban protegidos de depredadores.
Tercer período: coincide con la llamada revolución industrial. La población humana aumenta considerablemente. La influencia del hombre sobre su medio se hizo más pronunciada cuando comenzó a utilizar fuentes suplementarias de energía (como los combustibles fósiles y energía nuclear) y nuevas tecnologías.
El influjo del Hombre sobre el Entorno
El hombre ha invadido todos los rincones del globo y los ha ido modificando con la finalidad de satisfacer sus necesidades más inmediatas. Altera el medio ambiente debido a la explotación y destrucción masiva de la naturaleza y así ha causado la contaminación ambiental, provocada por los productos de desecho de sus industrias y el empleo de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Con ello ha provocado cambios climáticos severos y que cada vez son más irreversibles y que causan huracanes, inundaciones y sequías que destruyen el ambiente por la migración de personas, la pérdida de trabajo y zonas de cultivo, la aparición de nuevas enfermedades y el resurgimiento de algunas consideradas erradicadas, causando serios problemas de salud.
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Por desgracia, el hombre ha considerado la atmósfera y los océanos como dos depósitos de capacidad infinita donde es posible echar toda clase de residuos.
A menos que se logre crear una nueva conciencia ecológica, el hombre podría estar en un callejón sin salida de gran peligro para la humanidad, lo que condiciona su salud. Hay que denunciar que esta sociedad tiene una confianza excesiva en la tecnología como la salvadora de todos nuestros problemas, sin necesidad de llegar a ningún tipo de renuncias, individuales o colectivas.
A lo largo del tiempo han desaparecido muchas especies animales y vegetales, ya que no lograron adaptarse a los dificultades climáticas. Más recientemente, a esta destrucción se añade la causada por el hombre, bien por necesidad, bien por negocio.
Son los pueblos indígenas los que aún conservan muchos ecosistemas de gran valor para la humanidad, porque son poseedores de conocimientos y técnicas tradicionales para cuidar su medio.
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Para mantener la salud debemos estar en equilibrio con el medio y seguir una evolución normal. Aquí intervienen todas las especies; unas más y otras menos, pero no necesariamente influyen. Hay zonas del planeta donde viven unas especies determinadas debido a su poder de adaptación basados en factores geológicos, edafológicos y climáticos. Las seis grandes divisiones son: Neártica, Neotropical, Paleártica, Etiópica, Indonésica y de Oceanía o Australiana. Son las llamadas regiones biogeográficas y tienen un número determinado de especies y unas características.
El filósofo Schopenhauer señalaba “que el reino animal (incluido el hombre) aparece marcado por la violencia desde el momento en que la mayoría de las criaturas sobreviven cazando y devorando a otros animales; entre las personas pasa algo similar, ya que la violencia y la injusticia forman parte del pan de cada día y en la que la vida de una persona se convierte en una tragedia sin sentido, cuyo fin inevitable es la muerte”.
La lucha del hombre por agua
El agua es el recurso natural crítico que puede provocar a nivel local, regional e internacional tanto problemas como oportunidades de cooperación. Este planeta denominado por muchos «azul», el agua existe en cantidad finita y está mal repartida. La contaminación es una fuerte e insidiosa amenaza que pesa sobre este preciado recurso. El hecho es que con la globalización esta amenaza no perdona ni al Norte ni al Sur.
Alimentación ecológica
La producción y comercialización de alimentos ecológicos viene a dar respuesta a los consumidores y a la mayor atención que se presta a la alimentación. No cabe duda de que la salud es nuestra principal preocupación y la alimentación es parte importante de una buena salud. Estos alimentos proporcionan un aporte nutricional más completo que los convencionales y sus efectos en el organismo son más positivos.
El hombre ha colonizado con casi todo el planeta, desde los áridos desiertos con temperaturas superiores a los 35º C, hasta las zonas más extremas de frío, en las que las temperaturas bajan de los -46 ºC. Por ello, ha tenido que adaptarse a unos entornos muy diferentes.
Para reducir el desgaste medioambiental y salvar el hábitat de la humanidad, las sociedades debemos reconocer que el medio ambiente es finito.
Al crecer la población y con ello sus demandas, debemos hacer un uso más racional del medio ambiente; pero esto sólo puede lograrse con un cambio de actitud por parte nuestra. El impacto que dejamos sobre el medio ambiente ha sido comparado con las grandes catástrofes geológicas de la Tierra en el pasado.
A pesar de todos los discursos que escuchamos y con reiteración sobre sustentabilidad, conciencia medioambiental, responsabilidad colectiva y compromiso individual, la realidad dista mucho de estos discursos teóricos.
A modo de conclusión, estas líneas sólo pretenden motivar una reflexión, más allá de la coyuntura actual que nos toca vivir, en consonancia con la conservación y protección de nuestro entorno, natural y no natural.
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