Publicado: 07/03/2014 - Actualizado: 09/04/2018
Autor: Josep Masdeu
Realizar ejercicio físico proporciona muchos beneficios a nuestra salud. Tener un estilo de vida sano, en el que la actividad física y el deporte tengan un papel importante, es la mejor garantía de tener calidad de vida.
Ejercicio físico y salud
El sedentarismo es un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas y que son una de las principales causas de muerte en nuestra sociedad, practicar ejercicio físico es una motivaciones una buena motivación en la búsqueda de ese bienestar que es sinónimo de salud.
Se ha demostrado que hay una relación entre la actividad física y la esperanza de vida, así las comunidades más activas físicamente acostumbran vivir más que las sedentarias. Quienes realizamos ejercicio físico habitualmente tenemos la impresión de encontrarnos mejor, tanto física como mentalmente.
Cuando somos niños y en la adolescencia tenemos una actividad física con el juego y las actividades deportivas de la escuela. Pero el ejercicio físico se reduce a medida que vamos poniendo años, siendo entonces cuando más nos convendría practicarlo.
Nuestro cuerpo ha de moverse con control y agilidad, con un buen equilibrio muscular estaremos en forma y mantendremos una buena postura.
Si estamos en forma físicamente podremos correr más fácilmente para coger el autobús sin que ello represente un esfuerzo excesivo, o jugar con nuestros hijos e incluso esos partidos con los amigos. También podemos prácticar ejercicios para adelgazar.
Para los que quieran empezar un programa de entrenamiento físico y tengan alguna enfermedad crónica, o simplemente para seguir mejor y sin riesgo de lesiones, los ejercicios e incluso para personas de más de 50 años, es recomendable contar con el consejo y apoyo de un preparador personal.
Beneficios del ejercicio físico
Algunos de los efectos positivos de la práctica de ejercicio, son:
- Estimula y mantiene el cuerpo sano.
- Fortalece los huesos, las articulaciones y los músculos.
- Mantiene el corazón en forma y activa la circulación sanguínea.
- Elimina las toxinas a través del sudor.
- Aumenta nuestras defensas del cuerpo.
- El cerebro también se refuerza, porque recibe más sangre y oxígeno.
- Ayuda a combatir el estrés.
- Ayuda a mantener el peso ideal y a quemar las calorías.
- Mejora la digestión y defecar regularmente.
- Facilita el abandono de malos hábitos como fumar y beber.
- Ayuda en la prevención de infartos, obesidad, osteoporosis, diabetes, mejora la digestión, los reflejos, el equilibrio, la flexibilidad corporal, el estado de ánimo, el sueño reparador, controla la presión alta, reduce el riesgo de formación de coágulos en venas y arterias.
Entre las posibles contrariedades que puede acarrear la práctica del ejercicio físico, están el riesgo de lesiones musculo esqueléticas. Estos podemos evitarlos si no realizamos excesos y aumentamos la actividad progresivamente y a ello nos puede ayudar de forma eficaz un entrenador personal, que con sus conocimientos y experiencia hará que consigamos la mejor forma con el menor riesgo, siempre adaptado a nuestra condición física.
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Los ejercicios aeróbico son una buena elección, con ellos realizamos un movimiento seguido y constante durante al menos 20 minutos. Para que estos ejercicios sean correctos deben realizarse a una frecuencia cardiaca del 50% de nuestra capacidad y deben ir acompañados de una respiración regulada. Una señal que nos indica que no superamos nuestro límite, es que mientras lo practicamos podamos hablar sin que represente demasiado esfuerzo.
Realizar algún ejercicio físico es muy aconsejable, para las personas mayores y más si se realiza al aire libre, sus beneficios aumentan. Andar, correr, ir en bicicleta, jugar a la petanca… son ejercicios fáciles, baratos y que todos podemos realizar. Tomando algunas precauciones como protegerse del sol, hidratarse a menudo y no hacerlo solos, incluso la ayuda de un preparador personal puede facilitarles la labor.
Sería aconsejable antes de empezar a realizar ejercicio físico, hacernos un examen médico para conocer nuestro estado general de salud
Debemos escoger un sitio ventilado y utilizar ropa y calzado cómodos.
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Mientras hacemos ejercicio, el noventa por ciento del agua que gastamos, lo hacemos a través del sudor. El agua también interviene en el transporte de los glóbulos rojos oxigenados a los músculos, elimina el anhídrido carbónico con la respiración y regula la presión arterial para el corazón y la circulación.
Pero el agua pura no es la bebida idónea para restablecer líquido con rapidez y por completo, lo que debe tener una bebida de rehidratación es sodio y si se le añadimos azúcar, mejora el sabor y ayuda a que nuestro cuerpo asimile el agua y el sodio más rápido.
Podemos añadir a la rutina habitual nuevos ejercicios, un entrenador personal puede hacernos una pauta que podemos ir siguiendo y que revisará periódicamente.
Hagamos trabajar nuestro cuerpo todas las veces que se nos presenten. Podemos caminar dejando de lado el coche.
Una vez conseguidos los propósitos que buscábamos con el ejercicio físico, no debemos abandonar su práctica, así evitaremos el efecto rebote que algunas dietas y malos hábitos provocan y previene las subidas y bajadas de peso, el llamado efecto acordeón.
Un cuerpo bien formado, sin caer en exageraciones, ofrece una imagen atractiva y saludable.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
Acerca del autor