Publicado: 27/10/2013 - Actualizado: 08/02/2018
Autor: Josep Masdeu
Bruxismo es el hecho de chirriar los dientes, pasa cuando los apretamos fuerte, los de arriba con los de abajo, o se mueven de atrás a adelante y al revés, de forma involuntaria.
Causas del bruxismo
Su causa más probable es el estrés, o el querer controlar los nervios, son actos parejos, frotarse las manos, mover los pies o tics similares, también personas con problemas de respiración o ronquidos pueden padecerlo, también influyen es este acto :
- La alineación incorrecta de los dientes.
- La alimentación.
- La postura.
- Hábitos de sueño, etc.
El bruxismo afecta tanto a niños como a adultos.
Los dientes rechinan por que cuando cerramos la boca, estos no encajan porque no están bien alineados.
Algunas señales que nos pueden indicar que tenemos bruxismo además del roce continuado de los dientes es tener dolor de cabeza, molestias en la mandíbula, dolor en los músculos de la cara y no poder abrir la boca normalmente.
El bruxismo puede producirse tanto de día como en la noche.
Durante el día cuando notemos que estos nos pasa, deberíamos sustituir esta rutina por otro movimiento que no nos sea nocivo, como poner la punta de la lengua en el paladar, esta posición es señal de relajación mandibular y compensa las molestias que causa apretar y rechinar los dientes.
Por la noche podemos utilizar un protector o placa de descarga, que se elabora a medida de cada persona, con unos moldes de la boca, con resina que se coloca al acostarnos, normalmente en la mandíbula superior. Esto evita el rechinar de dientes.
El bruxismo cansa los músculos masticatorios porque no tienen tiempo suficiente de descansar porque el movimiento y la tensión es casi constante. El dolor puede llegar hasta los músculos del cuello y de la espalda provocando tensiones en esa zona y dolores de cabeza al levantarnos de dormir.
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La fuerza que ejerce el bruxismo también afecta a las articulaciones temporomandibulares pudiendo producir inflamación y dolor, así como desviación o dificultad en la apertura de la boca.
Debemos disminuir la tensión y el movimiento muscular, relajando todo nuestro cuerpo devolviendo el movimiento normal a la mandíbula, en el bruxismo diurno debemos corregir la postura.
El ejercicio físico reduce el estrés y también el dolor
Podemos hacer ejercicios de respiración diafragmática habitualmente y especialmente un rato antes de acostarnos para relajarnos.
Evitemos prácticas como mordernos las uñas, masticar chicle, comer pipas, que estimulan y estresan más la musculatura de la boca.
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Antes de acostarnos podemos hacer unos ejercicios suaves para disminuir la tensión de la musculatura mandibular:
- Con las yemas de los dedos masajeamos haciendo círculos, de forma suave y lenta en la musculatura situada encima de la mandíbula, al menos durante 1 minuto.
- Con los lóbulos de los dedos índices, corazón y anular, realizamos una suave presión en la musculatura situada un dedo debajo del pómulo. Si notamos zonas de mayor tensión o dolorosas al tacto, presionaremos sobre ellas suavemente, al menos 1 minuto.
- El mismo ejercicio anterior, colocando los dedos índice y corazón debajo de la sien, un poco más arriba del pómulo, también 1 minuto.
- Colocamos los índices sobre las muelas inferiores. Dejando la boca entreabierta. Realizamos una contracción suave durante 5 segundos intentando cerrar la boca mientras los índices aguantan la contracción. Cuando paramos la presión, los índices empujan suavemente el maxilar inferior hacia abajo, durante 30 segundos, o hasta que notemos que se relaja la mandíbula.
Podemos repetir los ejercicios varias veces, incluso durante el día.
Cuanto más tranquilos y relajados estemos tendremos menos posibilidades de padecer bruxismo.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
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