Publicado: 17/03/2012 - Actualizado: 22/09/2017
Autor: Josep Masdeu
Muchas son las personas que sufren el dolor agudo de esos pequeños «clavos» que se producen en diferentes zonas del pie. Los callos y los helomas en los pies son problemas muy comunes. Los pies son más propensos a sufrir patologías dérmicas debido al peso que soportan. El tipo de lesiones más frecuentes y motivo principal de la visita al podólogo son las queratopatías.
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Durezas y asperezas en los pies
Dentro de las queratopatías se incluyen los helomas o callos y las hiperqueratosis o durezas mostrándose muchas veces las dos al mismo tiempo. Se pueden diferenciar por su extensión y profundidad provocada por la presión o roce, punto de aplicación, dirección e intensidad.
No hay espacio interdigital, surco ungueal, zona subungueal, planta, región dorsal e interfalángica del dedo etc., que se libre, siempre que las condiciones de esas zonas sean favorables, a que esta “hiperqueratosis” salga al exterior. Y estas circunstancias, se dan con tanta frecuencia porque el pie humano no es perfecto.
Un heloma o más conocido como callo es un engrosamiento de la piel, compuesto por células muertas, exfoliadas, impactadas, deformadas que forman en zonas de roce y fricción. A menudo tienen forma cónica teniendo la parte más puntiaguda hacia dentro, que hace que sea doloroso
Bastantes son los que tienen un dedo martillo o en garra, un juanete, dedos mal alineados o alguna estructura defectuosa del pie y pocos son los que no sufren nada de esto.
Nadie está exento de los Helomas o Callos
Puesto que todos estamos en el «grupo de riesgo», pongamos medidas para que estos molestos callos no salgan.
Para evitar su aparición o evitar que vuelvan a reproducirse es necesario actuar sobre la causa que las produce (calzado, trastornos biomecánicos, sequedad, deformaciones, etc.)
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- No usar calzado puntiagudo o mal ajustado.
- Comprobar si el calzado tiene alguna costura interna u otra alteración.
- Usar medias de algodón o hilo, evitando las fibras y materiales acrílicos.
Existen prótesis de silicona que ayudan a prevenir la aparición de los callos y si ya se tienen, a prevenir una dureza.
Ubicación principal de los callos
Marginales, se sitúan en la región dorsal y entre las falanges del 5º dedo.
Dorsales, situados en la región dorsal e interfalángica de los tres dedos medios.
Periungueales, situados en los surcos de las uñas.
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Los más dolorosos.
Los subungueales, situados bajo la lámina de la uña.
Los interdigitales, situados en cualquier espacio entre los dedos.
Los del 5º dedo, aparece por una desviación distal de este dedo.
Los juanetes, que aparecen por la desviación en acercamiento del primer metatarsiano.
El del 1er dedo, situado bajo la articulación metatarso falángica del dedo.
El del dedo gordo, situado sobre el recorrido del tendón del musculo extensor.
También tenemos los distales, que se sitúan en la zona alejada de los dedos.
Los plantares, situados en la planta del pie y son muy dolorosos cuando caminamos.
En cuanto a su consistencia, esta depende de la zona donde se ubiquen.
- Los de consistencia dura o heloma duro, son los situados en zonas sin sudor o humedad, como el dorso de los dedos.
- Los de consistencia blanda o heloma blando, son los que se ubican en zonas de más sudoración, como entre los dedos.
Evolución de un Callo o Heloma
Pueden ir desde un simple abultamiento epidérmico hasta un heloma que en casos extremos puede llegar a complicar el hueso.
Para evitar esto, solo se debe acudir a un profesional en cuanto notemos que surge uno.
Evitemos callicidas u otros productos que solo consiguieran inflamarlo más o una infección. Solo un profesional sabe cómo tratarlos.
Muchas personas, creen que un callo no necesita mucha atención y que con un tratamiento casero es suficiente. Después de colocarle callicida, pasarle piedra pómez y garlopín, usar hasta las uñas para quitar el clavo, llegan al consultorio, con el dedo inflamado e infectado y calzados en zapatillas con un agujero para que el callo no duela.
Debemos saber:
Aunque el callo es una lesión corriente, no se debe descuidar, ya que si no se trata o se hace inadecuadamente puede tener complicaciones como infecciones o incluso osteítis.
Los callos pueden desarrollarse en tres fases
- Una hiperqueratosis o engrosamiento de la piel.
- Se irrita el tejido celular subcutáneo, produciendo un ensanchamiento linfático o creando una bolsa serosa de roce. Si no se trata puede inflamarse e infectarse. Este proceso es doloroso.
- El callo puede penetrar hasta el hueso donde es robustecido de calcio por el mismo.
GRIETAS Y FISURAS
Los talones agrietados son una señal de falta de cuidado del pie más que falta de humedad. También se les llama fisuras de talones. Estas son heridas que afectan la superficie de la epidermis. A veces pueden ser profundas penetrando en la dermis y ser dolorosas. La presión excesiva en las plantas de los pies hace que el pie se quiera dispersar lateralmente. La piel que rodea los lados de los pies está seca y se agrieta y causa las grietas.
Pueden aparecer en los talones y en la membrana de los dedos de los pies. La piel seca es una de las causas más frecuentes de estas grietas. Otra causa son los callos alrededor del borde de los talones. Muchos de estos problemas son debidos al abandono en el cuidado de los pies.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
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