Publicado: 05/09/2010 - Actualizado: 11/11/2018
Autor: Josep Masdeu
Cuando decimos que hemos dormido como un bebé, generalmente queremos decir que lo hemos hecho profunda y generosamente.
El sueño de los bebés es algo diferente al de los adultos. De hecho, existe un proceso de desarrollo por el cual el sueño de los bebés pasa al sueño de los niños, después al de los adolescentes y, finalmente, al de los adultos.
Ya antes antes del nacimiento, los patrones del sueño comienzan a formarse. Seis o siete meses después de la embarazo, las primeras señales del sueño REM (movimiento rápido del ojo) en esta fase del sueño hay un gran contraste entre la flacidez muscular (relajación total) típica del sueño profundo, y la activación del sistema nervioso central, (signo de vigilia y atención), ya se hacen presentes. Si bien estos estados no son tan claros en los bebés como en los adultos, se hace referencia a ellos como sueño activo (REM) y sueño tranquilo (no-REM). Ambos tipos de sueño están claramente presentes un mes antes del parto.
Generalmente los bebés pequeños duermen sin dificultad cuando sus necesidades están cubiertas, es decir, no tienen hambre, están limpios y satisfechos de brazos y mimos. A esta edad tan temprana no tienen tanta memoria para relacionar hábitos y ten por seguro que si llora y no duerme, es porque necesita otra cosa, no tiene sueño o le pasa algo.
El sueño de los Bebés
Podemos saber cuándo el niño se encuentra en el sueño activo al observar movimientos involuntarios, respiración irregular, y movimientos oculares bajo los párpados. Es interesante remarcar que el sueño activo es el primer tipo de sueño en surgir. Mientras que el sueño activo representa un 50% del sueño en bebés comunes, esta cifra asciende al 80% en bebés prematuros.
Algunas características más habituales son:
- Movimientos repetidos de dedos, manos, brazos, movimientos corporales de flexión y extensión.
- Son movimientos periódicos.
- Movimientos oculares rápidos.
- Cara expresiva. Incluso con sonrisas.
- Respiración rápida.
- Frecuencia cardíaca rápida.
Durante esta etapa del sueño, la parte superior del cerebro es estimulada por los polos más profundos del mismo. No sabemos con exactitud si los bebés sueñan, pero esta tonificación permite que los niveles más altos del cerebro comiencen a experimentar la actividad neural asociada con la vista y la audición (incluso antes del nacimiento). También es cierto que mientras está en el útero, el feto hace movimientos respiratorios durante esa fase del sueño que le permiten trabajar para lo que vendrá después del parto. Por esto, el sueño REM es más importante en los primeros ciclos de la vida y menos importante a medida que el cerebro madura.
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Respiración profunda súbitos, silencio, movimientos rápidos de succión, esporádicos y agitaciones repentinas, caracterizan ese sueño tranquilo. Este tipo de sueño requiere de una maduración adicional del cerebro; más de lo que necesita el sueño REM para producirse. En el sueño tranquilo de los bebés no alcanza a distinguir etapas claramente divididas como en los niños o en los adultos.
Este sueño tranquilo no presenta apenas movimientos. Mantiene el tono muscular en brazos y piernas flexionados.
Cara pálida e inexpresiva. A veces efectúa pequeños movimientos de succión casi imperceptibles.
Los ojos permanecen cerrados y la respiración es regular y poco profunda.
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Por lo general, los bebés duermen aproximadamente de ocho a nueve horas durante el día y aproximadamente otras ocho horas durante la noche. La mayoría de los bebés no duerme toda la noche hasta cumplir los tres meses o alcanzar un peso de 5,5 a 6 kg. Los bebés de corta edad tienen un estómago pequeño y suelen despertarse aproximadamente cada tres a cuatro horas.
Más datos sobre el sueño de los Bebés
Entre el sueño activo y el sueño tranquilo aparecen períodos de sueño indeterminado que posee características de los otros dos tipos de sueño, pero que es diferente a ellos.
Los padres podemos ayudar a los niños a evitar problemas a largo plazo del sueño prestando la atención a las necesidades infantiles del sueño.
Los bebés y los niños, en lo que al dormir se refieren, reaccionan mejor a una continuidad en la rutina. Sin ella, la cama y su habitación se convierten en algo desagradable y en desencadenante de llantos y sufrimiento. El establecimiento de una rutina agradable contribuye a disminuir estas respuestas de implicación emocional.
Los cambios a lo largo de la vida ayudan al cerebro a funcionar para los desafíos que supone la vida diaria, cualquiera sea la edad de la persona. Al igual que en un bebé, nuestro sueño puede ser verdaderamente sano y renovador.
Referencias
- Peplow, M. (2013). Structure: the anatomy of sleep. Nature, 497(7450), S2-3.
- Grigg-Damberger, M. M. (2016). The Visual Scoring of Sleep in Infants 0 to 2 Months of Age. Journal of Clinical Sleep Medicine : JCSM : Official Publication of the American Academy of Sleep Medicine, 12(3), 429–445.
- Bathory, E., & Tomopoulos, S. (2017). Sleep Regulation, Physiology and Development, Sleep Duration and Patterns, and Sleep Hygiene in Infants, Toddlers, and Preschool-Age Children. Current Problems in Pediatric and Adolescent Health Care, 47(2), 29–42.
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