Publicado: 04/06/2010 - Actualizado: 30/09/2018
Autor: Josep Masdeu
Aunque no suele concederse mucha importancia al papel que desempeña el clima en la salud o en la sensación de bienestar de las personas, algunos profesionales de la salud lo consideramos fundamental. El grado de susceptibilidad varía en cada persona, pero casi todo el mundo ha sentido las cualidades vigorizantes del aire de la montaña y conoce los efectos de un día soleado en su estado de ánimo.
La temperatura también afecta la salud de manera indirecta. Por ejemplo, en temporadas de frío riguroso, la gente permanece en espacios cerrados y hace menos ejercicio; los lugares concurridos suelen caldearse excesivamente y ventilarse mal, lo que crea condiciones ideales para la proliferación de toda clase de microorganismos infecciosos. Por último, la tentación de entrar en calor comiendo y bebiendo más de lo normal (con frecuencia golosinas dulces, comidas abundantes y grasas, café y bebidas alcohólicas) puede dar origen a malos hábitos.
Contenidos
- La relación entre Clima y Buena Salud
- Cuáles son los contaminantes del medio ambiente
- Óxidos de carbono
- Óxidos de azufre
- Óxidos de nitrógeno
- Compuestos orgánicos volátiles
- Partículas y aerosoles
- Oxidantes
- Substancias radiactivas
- Calor
- Ruido
- Otros contaminantes
- ¿Qué podemos hacer para cuidar al medio ambiente y a nuestra Salud ?
- El Clima y la capa de ozono
- Conclusión
La relación entre Clima y Buena Salud
Las concentraciones altas de iones positivos se presentan antes de las tormentas, en condiciones de mucha contaminación y en espacios cerrados, donde el uso de aparatos, calefacción y telas sintéticas agravan el problema. Entre los trastornos atribuibles al exceso de iones positivos se cuentan el dolor de cabeza, la tensión muscular, la depresión e incluso un empeoramiento de afecciones respiratorias como el asma. Las personas afectadas podrían sentir alivio con un aparato ionizador (Ionización).
La ciencia hoy ya estudia la influencia de los procesos atmosféricos en algunos estados de salud.
La atmósfera de la Tierra está compuesta de muchos gases. Los más abundantes son el nitrógeno y el oxígeno (este último es el que necesitamos para respirar). El resto, menos de una centésima parte, son gases llamados «de invernadero». No los podemos ver ni oler, pero están allí. Algunos de ellos son el dióxido de carbono, el metano y el dióxido de nitrógeno.
En pequeñas concentraciones, los gases invernadero son vitales para nuestra supervivencia. Cuando la luz solar llega a la Tierra, un poco de esta energía se refleja en las nubes; el resto atraviesa la atmósfera y llega al suelo. Gracias a esta energía, por ejemplo, las plantas pueden crecer y desarrollarse.
Pero uno de los problemas que afronta la humanidad hoy en día, es la degradación del medio ambiente como consecuencia de la explotación masiva de los recursos naturales, de las concentraciones industriales, urbanas y de la enorme cantidad de sustancias contaminantes arrojadas tanto a la atmósfera como al medio terrestre. Esta situación ha dado lugar a que poco a poco se pierda la capacidad asimiladora y regeneradora de la naturaleza, propiciando un grave problema de contaminación ambiental. Las consecuencias de la contaminación no solo se traducen en efectos directos al ser humano, sino también en la generación de fenómenos que afectan el medio ambiente, como son las lluvias ácidas.
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Cuáles son los contaminantes del medio ambiente
Los contaminantes atmosféricos son tan numerosos que resulta difícil agruparlos. Una agrupación bastante frecuente está formada por los siguientes grupos:
Óxidos de carbono
Incluyen el dióxido de carbono (CO2) y el monóxido de carbono (CO). Los dos son contaminantes primarios.
Óxidos de azufre
Incluyen el dióxido de azufre y el trióxido de azufre. En conjunto, más de la mitad del que llega a la atmósfera es emitido por actividades humanas, sobre todo por la combustión de carbón y petróleo y por la metalurgia. Otra fuente muy importante es la oxidación del H2S. Y, en la naturaleza, es emitido en la actividad volcánica.
Óxidos de nitrógeno
Incluyen el óxido nítrico, el dióxido de nitrógeno y el óxido nitroso. En concentraciones altas producen daños a la salud y a las plantas y corroen tejidos y materiales diversos. Las actividades humanas que los producen son, principalmente, las combustiones realizadas a altas temperaturas.
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Compuestos orgánicos volátiles
El metano es el más abundante y más importante de los hidrocarburos atmosféricos. Es un contaminante que se forma de manera natural en diversas reacciones del metabolismo. El ganado y las reacciones de putrefacción forman metano en grandes cantidades. Se considera que no produce daños en la salud ni en los seres vivos, pero influye de forma significativa en el efecto invernadero y también en las reacciones meteorológicas.
Partículas y aerosoles
En la atmósfera permanecen suspendidas substancias muy distintas como partículas de polvo, polen, hollín (carbón), metales (plomo, cadmio), asbesto, sales, pequeñas gotas de ácido sulfúrico, dioxinas, pesticidas, etc. Se suele usar la palabra aerosol para referirse a los materiales muy pequeños, sólidos o líquidos. Partículas se suele llamar a los sólidos que forman parte del aerosol, mientras que se suele llamar polvo a la materia sólida de tamaño un poco mayor (de 20 micras o más). El polvo suele ser un problema de interés local, mientras que los aerosoles pueden ser transportados muy largas distancias.
Oxidantes
El ozono es la substancia principal en este grupo. El ozono es un gas de color azulado que tiene un fuerte olor muy característico que se suele notar después de las descargas eléctricas de las tormentas.
Substancias radiactivas
El problema con estas substancias está en los graves daños que pueden provocar. En concentraciones relativamente altas (siempre muy bajas en valor absoluto) pueden provocar cáncer y afectar a la reproducción de los seres vivos en general. Su presencia en la atmósfera se puede deber a fenómenos naturales. Por ejemplo, algunas rocas, especialmente los granitos y otras rocas magmáticas, desprenden isótopos radiactivos. Por este motivo, en algunas zonas hay una radiactividad natural mucho más alta que en otras.
Calor
El calor producido por la actividad humana en algunas aglomeraciones urbanas llega a ser un elemento de cierta importancia en la atmósfera de estos lugares. Por esto, se considera una forma de contaminación, aunque no en el mismo sentido lógicamente que el ozono, o el monóxido de carbono, o cualquier otro de los contaminantes estudiados.
Ruido
Puede ser un factor a tener muy en cuenta en lugares concretos: junto a las autopistas, aeropuertos, ferrocarriles, industrias ruidosas; o en fenómenos urbanos: locales o actividades musicales, cortadoras, sirenas, etc.
Otros contaminantes
La contaminación electromagnética es un tipo de contaminación física sobre el que cada vez se está hablando más. Dispositivos eléctricos tan habituales como las líneas de alta tensión y algunos electrodomésticos, originan campos electromagnéticos.
Algunos de estos contaminantes atmosféricos son substancias que se encuentran de forma natural en la atmósfera. Los consideramos contaminantes cuando sus concentraciones son notablemente más elevadas que en la situación normal.
El calentamiento global que sufre la Tierra podría traer consigo precipitaciones mucho más abundantes que las previstas, según un estudio publicado en Science Express.
Durante los próximos 100 años, las lluvias podrían incrementarse tres veces más rápido de lo previsto inicialmente si los gases de “efecto invernadero” que provocan el calentamiento global continúan adelante, según el estudio de Remote Sensing Systems, una firma privada de investigación en Santa Rosa, California.
¿Qué podemos hacer para cuidar al medio ambiente y a nuestra Salud ?
Todos estamos obligados a tomar medidas para frenar el cambio climático y el aumento del efecto invernadero. No podemos actuar directamente sobre gobiernos, grandes empresas o multinacionales, pero sí podemos ayudar al saneamiento con acciones individuales que están a nuestro alcance.
Podemos dejar de utilizar los CFC y utilizar aerosoles no perjudiciales para el medio ambiente, a la vez que reciclar y destruir los CFC que provienen de otras fuentes.
El metano procedente de los excrementos del ganado, aprovecharlo para producir energía.
Plantar árboles y, en la medida de lo posible, conservar su entorno para que no se convierta en un bosque salvaje con los riesgos que ello conlleva.
No malgastar energía y aislar adecuadamente nuestras casas para aprovechar mejor esta.
No malgastar los recursos escasos como el agua.
Reducir el consumo de combustible de los automóviles, caminando más o utilizar transportes colectivos.
Reciclar todos nuestros residuos domésticos.
El Clima y la capa de ozono
El clima en la tierra es difícil de predecir, porque hay muchos factores a tener en cuenta:
La lluvia, la luz solar, los vientos, la temperatura… Por eso no podemos saber exactamente qué efectos traerá el calentamiento global, pero se intuyen que estos serán muy severos, ya que las actividades humanas están afectando al clima de una manera muy peligrosa.
La capa de ozono es un compuesto gaseoso situado en la estratosfera, a 25 o 30 km desde la línea del suelo, ejerce entre otras la función de absorber la radiación de los rayos UV.
Si no existiera este filtro padeceríamos daños como:
Alteraciones en el sistema inmunológico del organismo.
Influiría negativamente sobre las moléculas de ADN.
Nuestra visión se vería atacada, provocando cataratas.
Dañaría los cromosomas de la piel, pudiendo provocar más cánceres y otras enfermedades.
Las plantas se deteriorarían por la exposición continua a estos rayos sin filtro.
También se verían afectados los ecosistemas marinos, tan necesarios para el equilibrio biológico.
Conclusión
Debemos pues tomar conciencia de la importancia que tenemos para la conservación de la vida. Nuestra responsabilidad sobre el uso indiscriminado de los adelantos científicos es vital, hasta el punto de comprometer la vida de las generaciones futuras.
Todos juntos, debemos y tenemos que responsabilizarnos con esa gran deuda que contrajimos con la Naturaleza y cuidar y proteger la capa de ozono, ya que todos salimos perjudicados por igual de esa catástrofe.
Las consecuencias que implican la destrucción de la Naturaleza son incalculables.
Podemos avanzar de forma sostenible, creciendo, pero conscientes de que tenemos que cuidar esa herencia de nuestros padres y entregarla a nuestros hijos.
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