Publicado: 09/10/2011 - Actualizado: 22/09/2017
Autor: Josep Masdeu
Ahora muchos matrimonios o parejas se rompen. Una de las muchas causas de esta fractura o separación es que esas personas prefieren terminar una relación que llegar al fondo de los problemas a través de una comunicación “honesta y franca”. Uno de los mayores miedos que tenemos es el temor a la “comunicación íntima”. Aunque todos queremos tener pareja, y que esta nos sepa escuchar, a veces la comunicación se hace casi imposible. Cuando dos personas deciden vivir juntos, después de haberse conocido durante un tiempo, han de ser conscientes que durante el período de enamoramiento puede que la pareja no se haya comportado tal como es en realidad.
Las aventuras fuera del matrimonio, tanto en hombres como en mujeres, son algo frecuente, aunque las parejas no por ello ponen fin a su relación. En estos encuentros ni siquiera buscan el “acto sexual”, sino la intimidad con alguien que los “escuche”, los “comprenda” y les “hable”.
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¿Qué podemos hacer?
Algo tan fácil y a la vez tan difícil, como comunicarnos. “Comunicamos lo que sentimos, pero una cosa es explicar y otra diferente es comunicar”. Cuando explicamos algo de lo que estamos convencidos, en lo que creemos y compartimos; transmitimos esa ilusión, esa energía, esa convicción. Pero esto no solo afecta en la vida de pareja; tanto mujeres como hombres no logran ciertos éxitos personales y profesionales por esa falta de comunicación. En la comunicación se incluyen las palabras, el tono de voz, el timbre de la misma, el lenguaje corporal, etc. No es necesario “contarlo” siempre todo, porque nos quedaríamos vacíos, ya que hay una parte íntima que no se puede traducir en palabras y que debe permanecer en nuestro interior, intacta.
Diferencias entre Hombres y Mujeres
Hombres y mujeres somos diferentes físicamente, pero también mentalmente: la forma de pensar, de reaccionar, de ver situaciones, como nos movemos… Algunas diferencias generales, son:
- Los hombres somos más despreocupados que las mujeres.
- Los hombres gesticulamos con los brazos separados del cuerpo, lo que a veces da la impresión de que no somos tan afectivos.
- Las mujeres escuchan más, porque facilitan más retroalimentación visual y verbal.
- Los dos variamos la cantidad de detalles que damos al hacer una explicación y en la forma de decir cumplidos.
- Los hombres tratamos de resolver las cosas solos, mientras que las mujeres están más dispuestas a pedir colaboración.
Ambos vivimos de forma diferente que nos rechacen y que nos digan que no. Las mujeres suelen tomar un rechazo como algo personal. Somos diferentes en cómo damos información sobre nosotros mismos: los hombres acostumbramos a dar menos detalles personales que las mujeres. Esto hace que el entendimiento algunas veces pueda resultar difícil y más si uno no reconoce o acepta las diferencias del otro. El tono de nuestra voz puede hacer que una persona se nos ponga a favor o en contra. Todas las emociones -enfado, amor, tristeza, falta de sinceridad o miedo- se manifiestan en nuestra forma de hablar.
Hay personas que se sienten incómodas si quien les habla lo hace con excesiva suavidad, habla alto o muy rápido, quien tiene un tono aburrido o usa palabras pretextos como ‘esto’ o ‘¿tú crees?’, si tiene voz nasal o escandalosa, si interrumpe la conversación, emplea juramentos y palabras inconvenientes o utiliza un vocabulario incorrecto o grosero.
Cuando nos sentimos temerosos o incómodos con otra persona, solemos apartar la mirada y nos quedamos sin voz. Esta no es la mejor manera de agradar a alguien.
Aprender a Comunicarnos
El entusiasmo es una de las formas más efectivas de interesar a alguien, a la vez que de mostrarnos más interesantes. Es importante que, al escuchar, no demos señales de intranquilidad ni golpecitos, ni tampoco manejemos objetos, ya que esto puede molestar al que nos escucha. Debemos mostrar signos visuales, como responder con la cabeza. Cuanta mayor cantidad de señales no verbales positivas utilicemos, daremos la impresión de estar más interesados en la conversación.
Los hombres al hablar hemos de superar la sensación de incomodidad y aceptar que a las mujeres les gusta recibir elogios. Tanto hombres como mujeres debemos decir elogios durante la conversación y alabar si conviene al oyente por su esfuerzo. De este modo, la pareja verá que estamos atentos y se sentirá más valorada. Además de la contención de las emociones, es otra diferencia de comunicación entre ambos sexos y hace referencia a cómo podemos abrirnos y expresar cosas sobre nosotros mismos.
Las mujeres, ya desde niñas, desenvuelven conductas más sociables y comunicativas que los hombres. Es por eso que no tienen muchas cosas que necesiten aprender para mejorar su capacidad de comunicación tanto en su vida personal, como en la social. Muchas parejas no se comunican entre sí mientras hacen el amor. Es curioso que dos personas puedan estar tan cerca físicamente y no se hablen en un momento tan íntimo y propicio para ello.
A pesar de la revolución sexual de los años sesenta, todavía somos «comunicacionalmente frígidos» y «verbalmente impotentes«.
Los hombres para lograr una mayor intimidad sexual debemos prestar mucha atención a las reacciones de la pareja y recordar las cosas importantes que ellas nos cuentan.
El contacto visual directo es especialmente importante cuando hacemos el amor: mirar a los ojos a la pareja ayuda a derrumbar las defensas y nos permite una relación más intensa y apasionada.
Para expresarnos sensual y espontáneamente tenemos que poner pasión y emoción en la voz, principalmente cuando hablamos con nuestra pareja al hacer el amor. Una voz sensual puede ser tan atractiva que con solo escucharla nos excita.
Los hombres no somos conscientes que cuando nos mostramos delicados y sensibles nos volvemos más atractivos a los ojos de las mujeres.
Hay veces que cuando una pareja discute, están diciendo mucho más que las palabras que expresan. Una discusión puede ser una manera de decir algo más delicado que el tema del que se trata; por eso, durante las peleas es importante que analicemos que hay detrás de las palabras.
En cualquier discusión debemos hablar siempre del problema presente; no afloremos asuntos del pasado. En general los miembros de la pareja no estamos satisfechos con lo que oímos mientras hacemos el amor.
¿Qué es lo que queremos oír?
Las mujeres prefieren los cumplidos, escuchar palabras cariñosas y adjetivos que las describan sus cualidades positivas; en ese momento delicado la mujer quiere sentir que es «la única» que le gusta a su hombre.
Por nuestra parte, los hombres buscamos más la actividad, es decir, estamos más impacientes por el acto físico. Solemos utilizar un lenguaje algo más grosero. También evitamos la intimidad emocional y nos separamos después de hacer el amor.
La pareja debería saber, cuáles son nuestros deseos sexuales. Por desgracia, eso no siempre es así; nadie sabe lo que pasa en nuestra mente. Por ello debemos abrirnos y decirle claramente a nuestra pareja nuestras preferencias sexuales, pero a algunos esto les resulta incómodo, seguramente, debido a la educación recibida.
Solo si nos comunicamos con sinceridad y sin tabúes podremos conocer y darnos a conocer tal como somos y con ello podremos llegar a un punto de conocimiento íntimo que realzará nuestra relación desde la más personal a la más amplia socialmente.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
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