Publicado: 10/10/2010 - Actualizado: 21/09/2017
Autor: Josep Masdeu
Esta planta originaria de África y es conocida como «la planta de la inmortalidad«; también se le ha llamado la «planta bíblica» por la cantidad de veces que se menciona tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En ellos, se relata que Nicodemo utilizó una mezcla de Aloe y mirra para embalsamar a Jesús. En Andalucía existían grandes plantaciones de aloes en tiempo de los árabes, entusiastas propagadores del uso medicinal del acíbar (zumo de aloe).
El aloe (llamado a menudo aloe vera) está relacionado con los cactus, aunque no lo es. Dentro de ésta familia también se encuentran el ajo, la cebolla y los espárragos. Todos son conocidos por presentar muy buenas propiedades medicinales.
Se cree que el nombre tal como lo conocemos actualmente es de origen árabe: ‘alloeh‘ significa en árabe ‘amargo y brillante’. Su otro nombre, sábila, se le atribuye a una deformación del vocablo cabira, que significa en arábigo antiguo ‘planta espinosa’. ‘Vera’ parece que puede provenir del latín y significa verdad. Así, sería una amarga y brillante verdad la que esconde dentro.
Se cultiva en climas cálidos y secos. No soporta el frío intenso, pero le conviene descansar en invierno con temperaturas frescas (6-10ºC).
Entre riego y riego la tierra debe quedar seca (es mejor que tenga poco agua, que regarla demasiado). La tierra ha de tener un buen drenaje. El Aloe vera es muy resistente a plagas, aunque puede ser atacado por pulgones o cochinillas.
Se puede usar el aloe vera mediante geles y cremas, pero también puede tomarse en forma de jarabes o zumo y cápsulas. La forma más antigua de aplicación consistía, simplemente, en presionar la hoja cortada en sentido transversal contra la zona lesionada, y mantenerla allí durante unos minutos. La hoja recién cortada posee unos efectos terapéuticos mucho más potentes que cualquier extracto o gel comercial de los existentes en la actualidad. Si no la tenemos en casa, vale la pena comprar una. Los beneficios que de ella se obtienen compensan con creces su modesto costo.
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Partes y funciones del Aloe Vera
Las partes útiles del aloe son el gel y el látex. El gel se obtiene de las células en el centro de la hoja y el látex se obtiene de las células justo debajo de la piel de la hoja.
Su potencia curativa aumenta con la edad de la planta, por eso si se usa directamente conviene utilizar primero las hojas exteriores, aunque las plantas jóvenes también tienen considerable potencia.
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El Aloe es un excelente limpiador y antiséptico natural (contiene al menos seis agentes antisépticos: lupeol, ácido salicílico, nitrógeno de urea, ácido cinámico, fenol y azufre).
Sus hojas están compuestas por:
– Agua
– Mono y Polisacáridos
– Resina
– Aloína
– Enzimas
– Proteínas
– Vitaminas
– Oligoelementos, dentro de los cuales cabe destacar la presencia de Germanio, producto que se halla en grandes cantidades en todas aquellas plantas llamadas «milagro» por sus beneficiosos efectos en la salud.
Otra de las principales cualidades por las que se conoce al Aloe Vera es por ser un gran inhibidor del dolor. La explicación es sencilla, el Aloe Vera penetra en las capas profundas de la piel, tranquiliza los nervios y reduce la inflamación.
Algunas de las aplicaciones del Aloe Vera son:
• Contrarresta la acción de las bacterias dérmicas y disuelve los depósitos grasos que obstruyen los poros.
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• Contiene un ingrediente que disuelve el colesterol, permitiendo al organismo eliminarlo por sí mismo.
• Destruye las células muertas, permitiendo su eliminación, y regula el pH en las tres capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis), sus nutrientes naturales ayudan a la regeneración de las células de todas las capas de la piel.
• Se utiliza con las terapias de cáncer, quimioterapia y radioterapia. Los pacientes de cáncer que lo usan tienen menos reacciones negativas a estas terapias.
• Es energético. Si se toma diariamente tendremos menos necesidad de dormir.
• Cuando se aplica en heridas y quemaduras, penetra en la piel y reemplaza los fluidos sin impedir que la oxigenación llegue a la herida, acelera el proceso de curación y reduce el tamaño de la cicatriz.
• Por su acción anti-inflamatoria y analgésica, es ideal para su utilización local en articulaciones en proceso inflamatorio, como artritis, reumatismo y dolor muscular.
• Se puede utilizar como fortalecedor del cabello por sus agentes nutritivos, ya que proporciona suavidad, resistencia y flexibilidad.
• Tonifica los tejidos blandos, las arrugas se suavizan y tienden a desaparecer, reduce el tamaño de los poros y es un buen filtro solar.
• Reduce las manchas oscuras de la piel y ayuda en la psoriasis. Sus resultados no son rápidos, pero sí definitivos.
Aplicaciones internas del Aloe Vera
• Se consume el interior de la hoja y se separa de la corteza con una cuchara, o se pela la hoja con un cuchillo cortando la pulpa en dados, con cuidado de que no queden trozos de corteza para evitar su sabor amargo. Aunque el sabor de la pulpa no es desagradable, ciertamente su aspecto viscoso la hace muy poco apetitosa e incluso, para algunas personas, algo desagradable. Hay quienes prefieren triturarla en una licuadora y tomarla mezclada con zumos de fruta o con miel, mientras que otros la toman en ensalada o directamente mordiendo la hoja recién pelada.
• Para conservarla se molerá inmediatamente después de pelada la hoja, guardándola después en el frigorífico. De este modo conserva sus cualidades medicinales por lo menos durante dos semanas. En caso de que su color se hiciera más obscuro, ello indicaría que el proceso de oxidación ha comenzado ya, por lo cual se deberá retirar.
• En los casos de problemas bucales, llagas, heridas por extracciones, gingivitis o estomatitis, se molerá la pulpa, manteniendo el gel en la boca todo el tiempo que sea posible y procurando que permanezca en contacto con la zona afectada.
• Posee poder anti envejecimiento: tanto la vitamina C, como la vitamina E y la provitamina A están presentes en el aloe. Todos ellos son potentes antioxidantes, es decir, neutralizadores de radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro y una larga lista de dolencias asociadas. El aloe contiene asimismo otros antioxidantes naturales tales como zinc, selenio, cobre (minerales), y la cisteína (aminoácido no esencial).
• Es tónico y reconstituyente: en función del gran caudal de nutrientes que aporta el jugo de esta planta, puede emplearse sólo como tónico y reconstituyente, siempre que se haya eliminado cuidadosamente la aloína. Son muchas las personas que beben jugo de aloe como prevención o como desintoxicante natural. Además, al tener 8 calorías por cada 28 gramos de zumo, también resulta adecuado para aquellas personas que siguen dietas de adelgazamiento.
Tanto quienes utilizan el Aloe Vera con asiduidad, como quienes lo cultivan, lo procesan, lo venden o escriben sobre él, saben que posee cualidades extraordinarias, pero también tiene sus limitaciones.
Verdaderamente, nada impide utilizar el aloe vera como complemento a cualquier tratamiento médico actual. Salvo en el caso poco probable de que se sea alérgico a ella, la maravillosa “planta que cura” tan sólo nos reportará beneficios. Es un producto que es absorbido fácilmente por el organismo y ofrece grandes resultados tomando pequeñas cantidades.
Por ello debería estar presente la planta en todas las viviendas, pues como remedio de primeros auxilios es muy eficaz: ante una quemadura al planchar, una salpicadura de aceite caliente o una quemadura solar después de un día de playa, es muy útil cortar inmediatamente una hoja, quitarle la parte verde y aplicar la pulpa transparente en la zona.
Por si no la conocíais, cosa que dudo, ahora tenéis un poco más de conocimiento para su uso.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata
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